Opinión | A FONDO

Córdoba, ciudad de encuentro y diálogo

Hoy día los conflictos tienen raíces a miles de kilómetros de donde luego pueden impactar sus consecuencias. Léase por ejemplo el Sahel, argumento del encuentro que se ha celebrado en la ciudad, y su influencia en otros lugares del mundo

¿Qué significa el Proceso de Áqaba? Áqaba es la única ciudad portuaria del reino de Jordania. Su posición y su historia nos traen a la memoria viejos recuerdos de unos europeos colonizadores, fundamentalmente británicos, que con Lawrence de Arabia como símbolo mitificado, dejaron la región suficientemente desestructurada para cumplir sus objetivos de posición dominante hasta que ya no les hizo falta. Luego recogieron los bártulos, si te he visto no me acuerdo, y allí quedó el conflicto palestino-israelí enquistado durante décadas.

Destino turístico en la actualidad, esta ciudad ha acogido diversos encuentros internacionales de paz, pero desde 2015 su nombre va unido a un proyecto emprendido por el rey Abdullah II de Jordania para crear un foro, que tiene la singularidad de ofrecer espacios y redes de cooperación en materia de regulación de conflictos, seguridad, inteligencia y defensa. El reino de Jordania vive con una relativa estabilidad y tranquilidad, pero rodeado de un avispero en permanente conflicto que ha empujado hacia el interior de sus fronteras a miles de refugiados, por lo que siempre ha sido un actor interesado en todo proceso de estabilización en la zona, participando directamente y auspiciando iniciativas de paz que desafortunadamente han logrado pocos éxitos. El formato de este proceso es bastante original, pues celebra anualmente rondas de contacto en distintas áreas geográficas que han abarcado desde el Medio Oriente hasta Asia, Latinoamérica o el Este de África. Hoy día los conflictos tienen raíces a miles de kilómetros de donde luego pueden impactar sus consecuencias. Léase por ejemplo el Sahel, argumento del encuentro cordobés, y su influencia en otros lugares del mundo.

Los foros han tratado como temática principal los riesgos y amenazas emergentes para la seguridad, así como las formas de contrarrestarlos, sobre todo contra los nuevos modelos de terrorismo vinculado a avances tecnológicos y herramientas informáticas de desinformación y captación de militantes para diferentes causas extremistas.

En las rondas de reuniones normalmente se ha tratado de unificar medios e integrar estrategias de seguridad, con el fin de prevenir las amenazas terroristas y contribuir a una mayor estabilidad en las diferentes regiones donde hasta el momento han tenido lugar los encuentros.

La presencia de responsables de seguridad, tanto de la OTAN como de la Unión Europea, la Unión Africana, América o de países de África y Asia, no se limita a personal militar o de las diferentes administraciones públicas implicadas en la materia, también se cuenta con representantes del sector empresarial o de instituciones y fundaciones relacionadas con la educación superior o la sociedad civil.

Hasta el momento, antes de la reunión de Córdoba del día de ayer, el proceso de Áqaba ha celebrado reuniones en Jordania, Albania, los Países Bajos, Nigeria, los Estados Unidos, la sede de Naciones Unidas y Singapur. La ronda del pasado año tuvo lugar en la propia ciudad de Áqaba aunque fue copatrocinada por Brasil y el objetivo fue unir esfuerzos por la estabilidad, la paz y la seguridad, involucrando a toda la región latinoamericana con la presencia de Argentina, Chile, Colombia, el propio Brasil, Ecuador y otros países de la región junto a Canadá, Australia, Francia, Alemania, el reino Unido, Portugal, España, Kenia, Ruanda y Japón.

La Asociación UE-Jordania

Junto a este proceso, es importante destacar el acuerdo de 19 de diciembre de 2016 por el que se establecieron las prioridades de la Asociación UE-Jordania. Años antes, el llamado Acuerdo Euromediterráneo mediante el que se creó la Asociación entre la entonces CE y el reino de Jordania, se firmó en 1997 y entró en vigor en mayo de 2002. En el mismo se preveía el establecimiento de una serie de obligaciones dentro del marco de la política europea de vecindad y cooperación. En el seno de estas previsiones se firmó este nuevo Acto de 2016 para apoyar y reforzar la resiliencia y la estabilidad de la economía jordana frente al prolongado impacto que sobre este país estaba ocasionando el conflicto de Siria.

La UE reconoce en el documento unos intereses comunes en la paz y la seguridad frente a retos que igualmente son compartidos, además afirma el papel clave que Jordania ha tenido históricamente en los ámbitos nacional, regional e internacional. De este acuerdo que, además, suponía un claro y firme apoyo al desarrollo económico y social de Jordania, se derivaría también la misma integración de la Unión Europea en las estrategias de seguridad, defensa y cooperación en el marco del proceso de Áqaba. De ahí la importancia que el encuentro de Córdoba ha tenido para consolidar un espacio que aboga, en palabras del Secretario General de Naciones Unidas, por un multilateralismo que en alguna medida permita una alternativa frente a la vuelta a una geopolítica de bloques que a Europa para nada le conviene. Llevamos años desde la Cátedra Unesco revindicando el papel de ‘Córdoba, Ciudad de Encuentro y Diálogo’ mediante un Congreso anual con tal denominación, y no hay mejor lugar para que Felipe VI afirme que la solución para la paz entre palestinos e israelíes solo pasa por la existencia de dos estados.

* Director de la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la UCO

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