CRÓNICA

Un renovado Pablo Alborán seduce a miles de personas en la plaza de toros

El cantautor traslada lo íntimo a lo multitudinario con una puesta en escena más arriesgada

Sólo unos pocos artistas pueden permitirse jugar a su antojo con las emociones de miles de espectadores al combinar en grandes recintos los silencios con la explosión torrencial de sonido; eso es precisamente lo que ha logrado esta noche Pablo Alborán en la Plaza de Toros al poner la música por encima de las espectacularidades superfluas, pero sin caer ni mucho menos en el tedio para aquellos asistentes menos centrados en el fenómeno fan y más pendientes de otros elementos sobre el escenario.

En la puesta en escena de esta nueva gira, La cu4rta hoja, ya no está sólo el chico sencillo y encantador de voz bonita con su guitarra acústica, su piano, sino que se suman Lolo Álvarez y José Luis Marín (guitarras), Manuel Reina (batería) y Antonio de Aro (bajo); incluso el mismo Alborán se ha atrevido por primera vez en directo con un solo de guitarra eléctrica en el tema Llueve sobre mojado. Un salto ambicioso en comparación con la anterior visita del malagueño a Córdoba, con el Teatro de la Axerquía como testigo y una pista menos animada, ya que el espacio del baile lo ocupaban las sillas. Pero esta noche no. Hoy sus seguidores se han dejado el alma con Carretera y Manta (aquí no han faltado los ritmos electrónicos), Tabú o la imprescindible No vaya a ser. Todo ello con matices algo rockeros, más alejados del pop y la balada con los que el músico acostumbra conectar con su público, uno tan entregado como para acampar hasta varios días antes del concierto a las puertas del recinto, aunque la pista no se ha llenado. El grueso del público ha preferido acompañar con coros desde las gradas esta nueva cara carismática de Alborán, cada vez más cómodo con los bailes o los paseos por el escenario.

No faltan dosis de melancolía

"Ha sido una semana de muchas noticias negativas y yo vengo a daros energia positiva y recordaros que estamos vivos y que la vida hay que vivirla al cien por cien; la música también sirve para eso", ha comentado. Aunque no ha faltado su melancolía acostumbrada, como en la canción Tu refugio o Si hubieras querido, junto a su piano. La respuesta ha sido un aplauso atronador, muchos gritos, su nombre coreado una y mil veces, antes de la esperada Saturno. Con este tema, la banda en directo, el efecto de las luces blancas, hasta el más escéptico entre el público habrá soltado una lagrimita por los amores perdidos. Miles de brazos moviéndose al unísono de un lado a otro, guiados por esa voz sentimental. Visiblemente emocionado, se ha llevado la mano al pecho para recibir el cariño de Córdoba. "Estoy viendo que hoy ha venido gente que lleva siguiéndome desde que empecé y vosotros hacéis posible que cada vez que me suba al escenario sea como la primera vez". Así ha introducido Solamente tú. Un bonito recordatorio de sus inicios en Youtube, cuando el mundo empezó a conocerle. Él sigue siendo el mismo; movido por los momentos a solas con la guitarra, con los suyos y con su labrador, como han mostrado las imágenes en blanco y negro antes del inicio del concierto.

Podría calificarse de sobrecogedor el momento casi a capela, con el acompañamiento de la guitarra flamenca, para Que siempre sea verano. Subidas y bajadas. Un espectáculo con la intensidad bien medida, donde el cantante se ha sentido libre para llevar más allá su interpretación vocal, pero sin grandes experimentos. Como él mismo dice en Voraces... Prefiero pasarme de listo a pensar que no estoy listo... Y está listo para explorar nuevos caminos. Al público le gustan las historias con sentimiento; algo que a Alborán no le falta.