REPORTAJE

Una carrera literaria de fondo

Los escritores noveles recurren a las editoriales independientes para poner sus obras en el mercado

La decisión está motivada por valores personales, por la confianza, o como un modo de definir su voz narrativa

La escritora Maria Ortiz, autora de 'Siendo sola' y 'La chica arcoíris'.

La escritora Maria Ortiz, autora de 'Siendo sola' y 'La chica arcoíris'. / CÓRDOBA

La pulsión creativa unida a la palabra necesita de los lectores para alcanzar nuevas dimensiones y cobrar otros sentidos. En mitad del camino para que el escritor complete el motivo de su obra están las editoriales, dentro de una industria cada vez más competitiva por la proliferación de propuestas y la diversificación de los gustos. No obstante, las complicaciones no frenan a quienes ven la pluma como una extensión de sí mismos y las vías de la literatura siempre encuentran ramificaciones.

"Cuando terminé de escribir el libro me encontré con la tesitura de cualquier autor novel, autopublicar o mandarlo a las editoriales", cuenta Rafael Medina Cecilia, autor de Morir en Tierra Extraña, una novela sobre la Guerra Civil que ni él ni la editorial, Libros Indie, definen como "histórica", sino como "humana". Se trata de un acercamiento casi íntimo, con primerísimo plano cinematográfico, a las vidas de tres jornaleros cordobeses dentro de los campos de concentración. Una propuesta impactante con la que no obtuvo respuesta en ninguna de las grandes editoriales y, sin embargo, despertó el interés de formas de autoedición encubiertas. "Es muy común", explica el escritor, "te dicen que van a publicarte pero en realidad debes lidiar con todos los gastos".

La oferta de algunas editoriales a veces terminar siendo una autopublicación encubierta

La experiencia con Libros Indie ha sido buena pese a sus limitaciones de distribución y a "haber salido perdiendo a nivel económico", pero Rafael Medina ya trabaja en otra historia. "Lo mío es por amor al arte. Estaría agradecido de ser el escritor de moda, claro, pero no es mi prioridad", reconoce, y plantea una "apuesta institucional en Córdoba para que, al menos, una vez al año las personas que hayan publicado puedan encontrarse, conocerse y llegar a la ciudad".

Un camino necesario

Para la escritora Leticia Ortiz, sin embargo, "es inevitable hacer el trabajo de darse a conocer" y ella encontró esa vía en la autopublicación con Letraeme. "Gracias a ello, cuando recurres a sellos más grandes ya vas con el trabajo hecho", asegura. Su última novela, Kika, nada pasa hasta que pasa es una comedia romántica ambientada en Córdoba y publicada por el grupo Almuzara, bajo el sello Arcopress. "La experiencia ha sido fantástica porque es un sello con mayor distribución y quería llegar con mi historia a nivel nacional e incluso internacional y la segunda edición ya está en la calle", cuenta la autora, una analística química de profesión que lo dejó para dedicarse a su pasión y a quien se le ha podido ver en La Casa del Libro acercándose a los clientes para recomendar su novela. "Tengo una fe ciega en mi talento y me gusta hacer feliz a la gente", incide. Su segunda novela ya está terminada y pendiente de publicación, para llevarla a la meta de su sueño.

Rafael Medina junto a su novela 'Morir en tierra extraña'

Rafael Medina junto a su novela 'Morir en tierra extraña' / CÓRDOBA

Unas aspiraciones que son el motor de editoriales como Huerga y Fierro, con más de 45 años de experiencia; "pequeños económicamente pero de gran envergadura", como ellos se definen, por haber publicado a nombres como Enrique Vila Matas, Antonio Gamoneda, Clara Janés, Ana Rosetti, Uka Leelee, César Antonio Molina o Francisco Brines, ya que "los grandes nos sostienen, pero también nos dan las alas para traer con nosotros a las voces emergentes que sigan dando luz y brillo", apuntan. Una de las voces por las que se dejaron cautivar fue la de María Ortiz, una cordobesa para quien escribir es "inevitable", tanto como dar rienda suelta a su creatividad en sus anteriores trabajos en publicidad, dirección de casting o profesorado. Su libro de poesía, Siendo sola, fue para sus editores "pura frescura" y "un libro generacional que rompe con gran ebullición las ilusiones de la post adolescencia". Aunque "no haya sido un Best Seller", en realidad "lo ha sido por haber vendido 500 ejemplares y haber funcionado muy bien en el boca a boca", señalan. Para María, quien ahora escribe otro poemario, aquel fue "más juvenil". También publicó con Multiverso una obra "más personal", de carácter ensayístico denominada La chica arcoíris. Pero es consciente de que ambas obras no entran dentro de lo que se considera "comercial". 

La escritora Leticia Ortiz con su novela 'Kika, nada pasa hasta que pasa'

La escritora Leticia Ortiz con su novela 'Kika, nada pasa hasta que pasa' / CÓRDOBA

"Lo que hago no va en la línea de lo que le gusta al público, como es el caso de Defreds". Sin "ánimo de desmerecer", la autora cree que actualmente la poesía se divide entre "las frases de instagram y los poetas muy clásicos que se imparten en los institutos", con los que no siempre se transmite la pasión por la literatura. "para mí, la poesía es algo más", añade con cierto aire romántico como, admite, le caracteriza. Ella se mueve entre "esos dos extremos", pero siempre sin prisa. «Creo que va a llegar la obra definitiva que expandirá mi voz pero, mientras tanto, la dejo madurar», añade una autora que lo es desde pequeña y para quien "la literatura es algo que ocurre y tú sencillamente eres el canal de expresión". Así, entre la soledad de la inspiración y el anhelo por la frase perfecta, por despertar emociones o dar salida a las propias, a veces incontenibles, es como se construye la obra. Podrá ser definitiva o no serlo. Como defendía Walt Whitman en su poema como canto a la existencia: Que estás aquí, que existen la vida y la identidad, Que prosigue el poderoso drama, y que puedes contribuir con un verso.

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