LAS GUARDAS

Magistral

Antonio Carvajal

Antonio Carvajal / CÓRDOBA

La obra de Antonio Carvajal es verdaderamente magistral. La edición de Francisco Silvera en Letras Hispánicas que lleva por título ‘Nos diferencia el cuerpo’ es un gran corpus antológico para que aquellos que amamos la obra de Carvajal podamos seguir disfrutando de ella, y también para que todos los que aún no se han acercado a su poesía, puedan enamorarse.

El primer libro que leí de Carvajal fue ‘Serenata y navaja’ (1973), allá por los años ochenta. De ahí pasé a ‘Tigres en el jardín’ (1968). Su obra iba creciendo. A través de un silencio y de una soledad inteligentes, el autor nos iba ofreciendo entregas sin hacer ruido, de esa forma verdaderamente magistral.

En estos tiempos de degradación intelectual, basta acercarse por un momento (más no hace falta) a la gala de los Goya, hay que leer mucho a Carvajal para descubrir la verdad, para dialogar con nosotros mismos, para sobrevivir al orden, para compartir el tiempo con el silencio. Cuántos falsos intelectuales hacen un ruido mediático que no nos acerca a ningún sitio. Escribía Cioran «¿Cómo saber si estamos en la cierto? El criterio es simple: si los demás nos hacen el vacío no hay ninguna duda de que estamos más cerca de lo esencial que ellos».

Silvera en la introducción, además de hacer eco del análisis de la obra del poeta de Albolote, destaca entre líneas (y lo confiesa en la conclusión final) dos aspectos fundamentales en la obra y la vida de Carvajal. El primero lo denomina «soledad literaria». El segundo es un deseo: la difusión y la justicia a la obra del poeta. Siempre es un placer acercarse a la obra de un autor puro, estamos tan faltos de pureza (aunque para ello debamos conocer y comprender el término «pureza», que no es otro que el de «dulzura»).

Escribía Cioran: «Cuando se sabe lo que las palabras valen, lo asombroso es intentar enunciar algo y conseguirlo. Hace falta, eso sí, una desfachatez sobrenatural». O lo que es lo mismo, Carvajal es verdaderamente magistral.

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