NOVELA

Memorias de una distopía

‘El desierto blanco’, de Luis López Carrasco, ganador del último Premio Herralde

Luis López Carrasco.

Luis López Carrasco. / ALBA VIGARAY

Decía Umberto Eco que la memoria cumple dos funciones: «Una, y es la función en la que todos piensan, es la de retener en el recuerdo los datos de nuestra experiencia previa; pero la otra es también la de filtrarlos, la de dejar caer algunos y conservar otros». De esta manera, para el escritor italiano la memoria aparecería de tres modos: como memoria orgánica, que es la que «registra y administra nuestro cerebro»; como memoria mineral, que vendría primero con el nacimiento de la escritura, pero después, también, al dar soporte a los ordenadores «cuya materia prima es el silicio», y por último la memoria vegetal, a través del papel, de los libros. Añadía Eco que sin memoria sería imposible proyectarse hacia el futuro. Pero ¿qué ocurre cuando ese futuro nos cuenta, nos explica y también nos interroga?

En ‘El desierto blanco’, Luis López Carrasco, a través de un narrador (Marcos) que no siempre es el mismo (narran igualmente su pareja, Aitana, y su hermano), rastrea en la memoria del país desde un lugar indefinido que bien podría ser el territorio del exilio en un futuro que sitúa aproximadamente en los años 30 de nuestro siglo. El libro consta de cinco capítulos, aunque podríamos decir que son cinco fragmentos o disrupciones en una memoria selectiva, que es la que (de nuevo Eco) filtra para que sobrevivamos como individuos, para que las comunidades sigan adelante. Resultan muy curiosas las notas a pie de página (memoria vegetal) que van acompañando el testimonio y que explican quiénes eran José Luis Rodríguez Zapatero o Irene Villa, pero también qué era Guantánamo o de qué trataba la serie ‘Lost’, entre otras cosas. Mediante este recurso hace que, como lectores, nos interrogamos ya de entrada por el lugar desde el que nos es contado todo. Por el tipo de recuerdos que quedan y son compartidos allí, y a quiénes (o por qué) va dirigido el discurso de los que quedan aquí.

«Una historia de ciencia ficción en la que la lucidez y el desamparo van de la mano, con un estilo muy conciso»

Es muy interesante, en ese sentido, el capítulo final en el que se produce una conversación por correo electrónico (memoria mineral) con su hermano mayor. Somos partícipes de los mensajes que va escribiendo este último, y debemos construir los espacios indefinidos que van surgiendo (de manera realmente desasosegante): «¡Querido hermano! ¿Cómo va todo por ahí? En las fotografías se os ve felices y hermosos y a las crías sanas y plenas, con la jovialidad del padre y la sabiduría de la madre. Espero que sigáis bien, todas las noticias que nos llegan de vuestro proyecto son motivo de alegría, también de admiración». O más adelante, en otro correo: «Querido Carlos, gracias por tu último correo. Llevo unas semanas queriendo escribirte, pero lo cierto es que, sin darme cuenta, estoy más ocupado de lo que pensaba. Los sucesivos cortes de luz me han obligado a ir más al pueblo. Nos estamos organizando en pequeñas comunidades para comprar grupos electrógenos, ahora me desplazo en bicicleta a todos lados, la gasolina está contada y la necesitamos para la producción de electricidad».

Distopía, utopía o realidad

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En su 41ª edición, el Premio Herralde de novela, convocado por la editorial Anagrama, fue para la obra ‘El desierto blanco’, del escritor y cineasta Luis López Carrasco (Murcia, 1981), presentado con el seudónimo de F. Román. Resultó finalista la novela ‘La reina del baile’, de la directora de teatro y escritora argentina Camila Fabbri (Buenos Aires, 1989). En la anterior edición el premio había quedado desierto. El jurado estuvo compuesto por la librera Ana Cañellas (librería Cálamo, Zaragoza), Gonzalo Pontón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y la editora Silvia Sesé. Se destacó que «como toda novela de anticipación, es una advertencia». Se subrayó, además, la capacidad del autor para mostrar determinados rasgos de la especie humana en un futuro, como el que plantea, no muy alejado de nuestro presente. En ese lugar indeterminado, la memoria aparece como refugio, pero también como una señal que nos alerta ante una nueva forma de relacionarnos (que no exagera las circunstancias de ese entorno), de establecer vínculos familiares y laborales. Sea cual sea el futuro que proyecta López Carrasco, no llega a dejar claro cuál es la lectura exacta (dicho sea a su favor). Realidad, distopía o incluso utopía podrían tener cabida, porque este puzle narrativo pasa de perfil ante nosotros, sin mostrarse por completo. Aun así, las piezas (gracias, sobre todo, al capítulo final) dejan la información suficiente para pensar en los huecos que no leemos y para que esos espacios sin iluminar generen debate sobre esa sociedad alternativa.

Antes de llegar ahí, leeremos cómo se produce el proceso de selección para un puesto como vendedor en unos grandes almacenes (un testimonio que avanza ya el tono de la novela), también una mudanza y una fiesta de fin de año con el reencuentro de un grupo de amigos, cuando todo era futuro: «Así nos recuerdo, dichosos como niños, despreocupados e ignorantes de los peligros que nos rodeaban, que en aquellos años todavía no éramos capaces de ver, nombrar e imaginar».

López Carrasco ganó en 2021 el Goya al mejor documental por ‘El año del descubrimiento’, en el que cuenta los cambios políticos y sociales que vivió España durante los años 90, con especial atención a los Juegos Olímpicos y a la Exposición Universal de Sevilla. Dos acontecimientos internacionales que mostraron una imagen de España que no se correspondía con otras realidades. Por ejemplo, con la lucha de la clase trabajadora en Cartagena debido a la reconversión industrial del sector naval y metalúrgico que también tuvo lugar en 1992.

Dieciséis años después, con el inicio de otra crisis, el escritor da comienzo al derrumbe de esa otra imagen (o burbuja) que no se correspondía con la realidad y que provocó todo lo que se va conociendo en ‘El desierto blanco’.

Con esta obra, el autor murciano resultó ganador del Premio Herralde de Novela en 2023. Una historia de ciencia ficción en la que la lucidez y el desamparo van de la mano, con un estilo muy conciso a la hora de narrar no tanto el lugar desde el que nos es contado todo, sino los motivos remotos por los que los protagonistas tuvieron que romper con una vida, y la pertenencia a un tiempo y a un lugar que ya no son posibles. Y si el mundo se presenta finiquitado como lo conocemos, queda la memoria para abrir un camino desde el futuro.

‘El desierto blanco’.

Autor: Luis López Carrasco.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2023.

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