LAS GUARDAS

Kafka

Franz Kafka

Franz Kafka / CÓRDOBA

Iba a dedicar esta columna a explicar un poco el término «generación», aunque en el fondo lo que pretendía era razonar, o aclarar, o desembrollar lo que apareció publicado en el suplemento cultural de ‘El País’ el día de Reyes, y que firmaba Jesús Ruiz Mantilla. Pero me he puesto a leer los diarios de Kafka y parece que se ha empeñado en dejármelo todo transparente. El 25 de diciembre de 1911 Kafka escribió en su diario: «Faltan personas coherentes y por eso no hay acciones literarias coherentes».

Algunos, incluido el señor Ruiz Mantilla, se han obsesionado en confundir lo mediático con la literatura, por no hablar del término «generación», y mucho menos la del 27, que posee segundas filas con más categoría que los primeros espadas. Pero como escribió Kafka el 22 de octubre de 1921: «Un experto, un especialista, uno que sabe de lo suyo, un saber que, desde luego, no puede ser comunicado, pero, por fortuna, tampoco parece ser necesario para nadie».

Escribe Ruiz Mantilla que en esta generación (el nuevo 27 anuncia en titulares) «sus signos distintivos son el eclecticismo y el panhispanismo». Kafka escribió en su diario el 28 de enero de 1914: «Ya es hora de que la seriedad y la honestidad se enfrenten a la charlatanería».

Lo cierto es que, recordando la columna anterior, el suplemento cultural de ese medio donde ha aparecido con vítores esta nueva generación («con la misma fe», indica el autor del texto), en estos momentos posee menos credibilidad que un libro de Paulo Coelho. Kafka escribió en su diario el 26 de agosto de 1911: «Su imposibilidad demostrada por un carro de campesinas que pasaba».

Kafka escribió el 25 de diciembre de 1911: «La sola existencia de una literatura que no se desarrolla especialmente a lo ancho, pero que lo aparenta a causa de la escasez de talentos importantes». Y a pesar de todo, Kafka escribía el 11 de marzo de 1915: «Y, sin embargo, esperanza».

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