ensayo

Una revolución silenciosa

Amelia Valcárcel aborda el origen y avances de ‘La civilización feminista’

Amelia Valcárcel.

Amelia Valcárcel. / EUROPA PRESS

Antonio González Carrillo

Antonio González Carrillo

El feminismo no es una moda, es una manera de habitar el mundo. La teoría feminista es una filosofía devenida directamente de la democracia. Es también una ética, una nueva y extraña forma de civilización. La catedrática de Filosofía Moral y Política Amelia Valcárcel, autora de ‘Sexo y Filosofía’ o ‘Ahora, feminismo’, publica un interesante y clarificador ensayo ‘La civilización feminista’ (2023) en La Esfera de los Libros. En esta obra aborda los orígenes del movimiento hacia la plena ciudadanía de las mujeres, donde contextualiza los conceptos fundamentales que han hecho posible este avance civilizatorio de carácter global, toda una revolución.

El feminismo es, a juicio de la profesora Valcárcel, una potente corriente de pensamiento y de acción que sigue teniendo como tarea hacerlo visible con una proyección global dirigida al conjunto de la humanidad.

El título es sumamente sugerente porque considera que el movimiento feminista global va más allá incluso de ser una filosofía política, convirtiéndose en una civilización en sí misma.

Una corriente civilizadora que engloba a un conjunto de ideas y de valores, con capacidad de estructurar toda una nueva organización social, un nuevo sistema de relaciones, una nueva mentalidad y una sensibilidad nueva sobre el comportamiento de los sexos. La autora da cuenta de la genealogía de este movimiento por la igualdad que ha conseguido lo que se ha dado en llamar «una revolución silenciosa», quizás el mayor logro del siglo XX.

En el siglo XXl está implantado como lucha moral y democrática del conjunto de la sociedad como algo irrenunciable. A lo largo de sus más de 200 páginas se plantea acerca del «techo de cristal», de la agenda global feminista, por el natalismo y el diferencial del sexo, de la polémica teoría ‘queer’ (que califica de deriva) y de su agenda oculta, porque a juicio de Valcárcel, nadie nace en un cuerpo equivocado. Esta última teoría no la incluye dentro del feminismo, aunque proceda del mismo. Sostiene que no puede sustituirlo, entrando por lo demás en una colisión inevitable y alejándose, por tanto, de la agenda feminista.

En el prólogo se hace eco de la novedad antropológica que supone un cierto crepúsculo de la secular dominación masculina a través de los siglos, dado que las ideas feministas han calado en las sociedades occidentales de iguales libertades para ambos sexos. Se hace también eco de los desafíos, por lo que está por construir un razonamiento universal, a la manera kantiana, de los derechos de todas las mujeres. Desde una moral feminista en acción por la que ninguna persona pueda ser oprimida o dominada a causa de su sexo y contra la falsa creencia asumida por el patriarcado del valor desigual de hombres y mujeres.

Estamos ante un proceso civilizatorio global, no solo de occidente porque el feminismo, a fin de cuentas, o será global o no será. El rechazo a la cultura machista/patriarcal es frontal. Se opone a los mandatos estéticos de feminidad, de dejar los cuerpos de las mujeres en manos ajenas.

El feminismo que surge en la Europa del Barroco se va venido enfrentando a lo largo de más de 200 años contra la jerarquía de prevalencia masculina por la que las mujeres han de estar sometidas a los varones. Esta jerarquía sexual es denunciada como absolutamente ilegítima e injusta. La Ilustración proponía un republicanismo viril. En el contrato lockeano el varón es el jefe de la familia, las mujeres como «segundo sexo» deben ser educadas para agradar y para criar hijos. Condorcet defendió por el contrario el libre ejercicio de derechos por parte de las ciudadanas. Olimpia de Gougues planteó que la dominación masculina era política. El Estado liberal las excluía, las mujeres seguían estando fuera del ámbito de loa derechos y sw las libertades cívicas.

En una segunda etapa vino la ‘Declaración de Seneca Falls’ (1948) llamada la ‘Biblia de las mujeres’ como el derecho al sufragio, en paralelo a la abolición de la esclavitud. El segundo liberalismo de las sufragistas milleanas continuaron un trabajo paciente por cambiar mentalidades.

En la tercera ola, de 1960 en adelante, tuvo lugar la rebelión del feminismo contemporáneo contra el techo de cristal, el salto educativo de las mujeres en las universidades y en el trabajo, a pesar de las maniobras de exclusión de la misoginia residual. Nuevas libertades y oportunidades, del derecho a saber que propiciaron las democracias desde la Guerra Mundial.

‘La civilización feminista’

Autora: Amelia Valcárcel

Editorial: La Esfera de los Libros

Madrid, 2023

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