Dios

La relación con lo divino llegó con la naturaleza: el trigo, las encinas, la huerta, la noria, la higuera; dormir en la era, entre montones de trigo, bajo las estrellas; en el horizonte la sierra color violeta. Dios está en mis textos como Creador, como el Tú más cercano a quien dirigirse. Pero hay otros precedentes. Un Papa dijo «Dios es Madre», y en algunos de mis poemas Dios es mujer, acercándome a la mitología, precedente del Dios divino y del humano, Jesucristo.

Escribir de lo divino mitiga el dolor, todo dolor. De no sentirme intrusa en aquel colegio de monjas y niñas bien, yo hija de campesinos sin formación. Ese espacio supuso el encuentro, o mejor el reencuentro, con el orden, la belleza, lo vegetal, sus flores. Y fue también la relación humana y religiosa con las monjas, colegio de Cristo Rey en Villanueva de Córdoba, la capilla, el rosario, los ejercicios espirituales...

No es la temática divina una temática común de la poesía, más allá de la mística. Pero siempre que se pueda, podemos con la poesía mostrar el amor de Dios, su cercanía, los milagros de cada día en que no reparamos. La poesía puede ser un medio de hablar de lo divino, de mostrar a Dios.

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