El Córdoba regresó a la senda del triunfo. Y con eso es suficiente porque, desde la victoria, todo se ve de diferente manera. O mejor dicho, con un sabor más edulcorado. Porque lo que es la perspectiva de este Córdoba, modificado levemente con respecto a los últimos compromisos, apuntó variaciones en sus movimientos que hay que destacar. Unos funcionarán teniendo paciencia, mientras que otros continúan necesitando mejora, trabajo y compromiso. Y dos de los tres últimos valores los tiene este Córdoba sobradamente. Si esos méritos fueran suficientes para lograr el objetivo todos estarían absolutamente relajados. Pero no es así. Hacen falta más cosas, más fútbol. Y en esas anda este Córdoba, que intentó dar otro pasito adelante y, más allá del juego (poco) lo consiguió. Porque abrió una posibilidad de futuro al incluir Pablo Villa en el once inicial a Uli Dávila por detrás de un desacertado Xisco y conformó un doble pivote con Abel Gómez y Caballero a causa de la lesión de Luso. Y posiblemente la baja del maño tuvo que ver mucho en que ese paso se quedara a medias, aunque mirando a jornadas venideras, más allá del resultado de ayer (en el marcador y en el juego) deja en el aire las ganas de volver a ver lo mismo, aunque con el pivote defensivo, ayer ausente obligado, en el once inicial.

Lo cierto es que el encuentro de ayer duró hasta la expulsión de Pedro, tan absurda como justa y doblemente lastimosa, ya que el alicantino fue de los mejores de su equipo en ese primer acto, provocando el penalti que finalmente dio el triunfo y dándole algún dolor de cabeza a Toni Lao. Fue un primer cuarto de hora en el que el Sabadell ya apuntaba lo que le iba a ocurrir a lo largo del encuentro de cara a puerta, con un Saizar inconmensurable, y también el Córdoba, mostrando graves dificultades de salida de balón, lo que obligaba a pases largos al mencionado Pedro o a segundas jugadas, en las que esta vez sí, al estar Uli Dávila, los blanquiverdes lograban merodear el área arlequinada. Solo amagar. Nauzet, salvo en los tres últimos minutos de partido pasó casi desapercibido.

Tras esa jugada trascendental que decidió el choque, el conjunto catalán comenzó su recital de desatinos y de guerra contra el portero cordobesista, de la que el donostiarra salió victorioso. Tamudo se encontraba con un vuelo de Saizar y los cordobesistas ya demostraban que tienen un problema con los contragolpes. Además de los errores sistemáticos en los metros finales (la mayoría por falta de acierto individual), este Córdoba se encuentra con la paradoja de que es un bloque con notable consistencia atrás, pero con un andamiaje raquítico para montar las contras. De ahí que se perdiera en insistentes conducciones de balón: una vez Caballero, otra Uli Dávila, otra más López Silva... Las pocas ocasiones en las que se pudo llegar al área rival, la inocencia mostrada era desesperante. De nuevo Tamudo puso un nudo en la garganta al cabecear, completamente solo, un balón de Hidalgo que terminó tocando el larguero de la portería blanquiverde. Mientras el conjunto local seguía incapaz de matar el partido utilizando el elemento sorpresa, ni tampoco de mantener mínimamente la posesión, el Sabadell continuaba fallando. Abel Gómez perdía un balón poco antes del descanso y obligaba a Saizar a mantener un mano a mano con Gato. De nuevo, el portero cordobesista salvó a los suyos para que segundos después fuera Sánchez Martínez el

que decidiera reescribir el guión del encuentro al expulsar a Pedro por una doble amarilla que el reglamento no le discutirá, pero que pareció excesiva. Fue el clic que activó definitivamente El Arcángel.

La grada sabía el escenario que esperaba al equipo y tomó las riendas para que los números en casa de este Córdoba continúen siendo casi inmaculados. Cada decisión arbitral era protestada, cada carrera de uno de los de blanco y verde, jaleada. El equipo notó el calor y si nunca se ha dudado de esa entrega, ayer pareció por momentos casi una final. Pero el Sabadell ganaba metros minuto a minuto e iba dejando cada vez menos elementos en defensa. Salamero introdujo a Longás y a Collantes, mientras que poco después respondía Villa realizando un cambio que dejó ganas de haberlo visto una hora antes: Gálvez por Abel Gómez. Además, también dio cancha a Pelayo en detrimento de un Uli que tuvo su primera oportunidad de sentirse protagonista. El Córdoba juntó sus líneas y obligó al Sabadell a bombear indiscriminadamente balones. La desesperación arlequinada se hacía patente a cada instante al no encontrar camino a puerta y, cuando esto ocurría, se topaba con Saizar. El problema para el Córdoba, como en otros encuentros, su incapacidad para montar contras y, lo que es peor, la falta de acierto. De media docena de ataques por sorpresa, solo dos llegaron. López Silva no supo resolver ante Nauzet y Strahman se encontró también con el portero arlequinado. Los otros cuatro, muertos en el mediocampo. Sobre la bocina, Collantes mandó a la red un balón en posición dudosa que Sánchez Martínez anuló. La explosión del coliseo ribereño retumbó en media ciudad con el pitido final. Es lo que vale, lo demás no importa. Una buena capa todo lo tapa. Y esta, blanquiverde y con la medalla del triunfo, la extendió El Arcángel.

Estadio: El Arcángel

Asistencia: 8.404 espectadores

Terreno de juego: Bien

CÓRDOBA CF: Saizar, (2) Janse, (5) Armando, (28) Fran Cruz, (3) Samu, (23) Abel Gómez, (21) Caballero, (15) Pedro, (10) Uli Dávila, (19) López Silva y (9) Xisco.

Cambios: (30) Gálvez por Abel Gómez en el 60', (24) Pelayo por Uli Dávila en el 69' y (16) Strahman por Xisco en el 75'.

SABADELL: (13) Nauzet, (5) Cristian, (22) Kiko Olivas, (6) Carlos Hernández, (17) Toni Lao, (7) Gato, (4) Ciércoles, (8) Hidalgo, (7) Arteaga, (18) Raúl Tamudo y (9) Aníbal

Cambios: (11) Collantes por Hidalgo en el 55', (14) Longás por Toni Lao en el 55' y (19) Edgar por Arteaga en el 70'.

EL GOL: 1-0 (15) Penalti de Carlos Hernández sobre Pedro que transforma Caballero.

EL ÁRBITRO: Sánchez Martínez (C. Murciano)

Por los blanquiverdes amonestó a Pedro (3' y 44'), por lo que fue expulsado. Por los visitantes vieron la amarilla Carlos Hernández (14'), Tamudo (27'), Cristian (36') y Nauzet (89').