Adiós a la pechuga de pollo y pavo: piden eliminarla de las dietas para adelgazar por este motivo

Cuando empezamos una dieta o ponemos en marcha alguna rutina de alimentación para mejorar nuestros hábitos hay algunos productos que suelen convertirse en las estrellas de la cesta de la compra. La pechuga de pollo y de pavo son dos de estas opciones populares que enseguida se adoptan como parte del nuevo menú para bajar de peso pero ¿son realmente saludables?

Por un lado, se recomienda sustituir los embutidos altos en grasas saturadas y poco saludables por este tipo de fiambre en primer lugar por su bajo nivel de calorías, ya que tanto la pechuga de pollo como la de pavo son carnes magras que tienen un bajo contenido de grasa y calorías en comparación con otras fuentes de proteína, como la carne roja.

Además de ser una de las principales opciones para reducirla ingesta de calorías también son un tipo de carne rica en proteína de alta calidad: un nutriente esencial para mantener y reparar tejidos corporales, y también ayuda a mantener la sensación de saciedad a lo largo del día. Cuando las personas se encuentran inmersas en un proceso para restringir su consumo de calorías, es importante que obtengan suficiente proteína para mantener sus músculos y sentirte satisfechos.

Pero, sin duda, el motivo que ha coronado a las pechugas de pollo y pavo como las reinas de las dietas para adelgazar es su bajo contenido en grasas saturadas: un tipo de grasa que se encuentra en cantidades significativas en carnes grasas y productos lácteos.

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Por último, se trata de carnes muy versátiles que pueden preparase de muchas formas distintas: desde en el horno, hasta en la parrilla pasando por comprarlas loncheadas para preparar bocadillos o ensaladas de forma rápida.

Lo que nadie cuenta sobre las pechugas de pollo y pavo

La fama de las pechugas de pollo y pavo como productos para adelgazar ha hecho que proliferen los envases y reclamos publicitarios donde se anuncian como productos bajos en grasas, en sal o en calorías. Pero algunas páginas de referencia en cuanto a nutrición llaman a preguntarse si son realmente las opciones más saludables cuando estamos pensando en iniciar una dieta para adelgazar.

En primer lugar, se llama a la población a tener en cuenta la forma en que se procesa y se prepara la carne de pollo y pavo puede influir en su valor nutricional, ya que pueden contener aditivos como sodio, fosfatos y conservantes que pueden ser perjudiciales en exceso.

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Pero, sobre todo, se pide a los consumidores que sean capaces de interpretar las etiquetas y componentes de los alimentos para que así puedan decidir sobre su alimentación de forma consciente y no como respuesta a los reclamos publicitarios de las marcas hacia el público que desea mejorar su alimentación o bajar de peso.

Por ejemplo, un buen indicador en el que podemos basarnos para saber si la pechuga de pollo y pavo son de tanta calidad como pensamos es observar el porcentaje de carne que tiene realmente: cuanto mayor sea este, más "puro" será el alimento que vamos a comprar y por tanto más saludable.