Apresurémonos despacio

El emperador Augusto salía emplear este oxímoron grecolatino para prevenir que las prisas indujeran a grandes errores políticos. Aquí solemos decir: «Vísteme despacio que voy deprisa». Hoy los españoles estamos pero que muy hartos de nuestra compleja situación política y tentados por adoptar complicadas y discutibles soluciones más rápidas, que pueden hacernos mucho más daño aún. Por las prisas, ambas partes desdeñan la alternativa más sensata: repetir las elecciones. Yo comprendo que Feijóo lo descarte, pues la campaña electoral ha puesto al desnudo su ignorancia. Pero me asombra que Sánchez, a pesar de sus obvias, pero menores deficiencias, se esté metiendo por sendas oscuras en vez convocar elecciones.