Opinión | Historia en el tiempo

Una hora esperanzada

Córdoba se erigirá en la principal base logística del Ejército de Tierra

Así figura --y peraltadamente-- la que en meses muy próximos registre el reloj de la bella, incomparable estéticamente, antigua ciudad califal en la que habita el anciano cronista.

Esta vive, sin embargo, en vísperas de su enjoyada primavera unos días singularmente aciagos en su siempre importante dimensión militar. Pues no de otro modo puede denominarse la tragedia vivida por la capital cordobesa con motivo de la muerte en condiciones verdaderamente pesarosas de dos muy jóvenes soldados en unas maniobras de entrenamiento, concluidas con fatal destino con el ahogamiento de un cabo y un soldado en la flor de la vida y colmados de ilusiones y proyectos de toda suerte, en especial, claro es, castrenses. Parte de la opinión pública autonómica y nacional han aprovechado el lancinante suceso par asaetear ciertos aspectos de la vida y organización de nuestro Ejército en la coyuntura de Ucrania y Palestina de modo quizás no particularmente feliz.

Hodierno, conforme patentiza la escena internacional, ocuparse de ‘re militari’ es tan oportuno como necesario. El horizonte atalayado desde la actualidad se halla sembrado de incógnitas inquietantes sobre las que la reflexión y la toma de postura se demostrarán en todo momento bienvenidas y estimulantes para unas generaciones que todavía no han podido sustraerse al dramático legado de dos conflictos planetarios, y en las que gravita asfícticamente la amenaza de una contienda nuclear. En definitiva, y contra todo pronóstico, la guerra ha retornado con letras mayúsculas a los enfoques y planteamientos cuotidianos a todas las colectividades de Occidente y a algunas de ellas, como la hispana, con especial fuerza.

Con todo, nada de lo expuesto debe ensombrecer la inminente tesitura que atravesará Córdoba --la undécima ciudad del país-- en los ya muy cercanos tiempos estivales cuando se erija en la principal base logística para el Ejército de Tierra. Las lectoras y lectores amables y memoriosos acaso recuerden los artículos volanderos consagrados por la pluma del arriba firmante a la muy grata noticia de dicho acontecimiento, que tan anchas como esperanzadas perspectivas abrían a su futuro inmediato.

El porvenir ha confirmado tan feliz destino. Empero, la idiosincrasia andaluza semeja arrojar negras sombras en redor de su inmediato curso. En el solar del Gran Capitán -uno de los héroes españoles más dignos de leyenda y respetada veneración hagiográfica- se refrenda de modo paladino la sentencia de uno de los generales ingleses más renombrados de la Segunda Guerra Mundial, según la cual «de todos los factores que intervienen en el combate el más decisivo es el del espíritu del soldado...». No obstante, tal elemento no aparece dibujado con patencia en la mencionada coyuntura cordobesa. La más simple pulsión ambiental demandaba que las niñas --de aquí a dos generaciones como máximo, las mujeres superarán con mucho a los hombres en las filas de las Fuerzas Armadas-- y los niños de las escuelas y colegios de la ciudad califal y su extensa provincia hubieran podido escuchar charlas de oficiales y mandos castrenses en torno al pasado militar de su entorno inmediato, al paso que habrían debido disponer de una sencilla formación histórica en punto a la actividad de sus antepasados en la fastuosa aventura militar de sus antepasados mediatos y, sobre todo, remotos.

** Catedrático

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