Opinión | La rueda

El estiércol y la magia

El buen mago no distrae la atención del público, sino que trata de centrarla en el elemento mágico. Si lo consigue, el cerebro de los espectadores hace el resto: pone luz en lo enfocado y ensombrece el resto. A su manera, los políticos también tratan de envolvernos en sus juegos de magia. Pugnan por la atención de la ciudadanía y tratan de dirigirla hacia los temas que más les interesan. Hasta aquí, nada que objetar. El problema es cuando la urgencia y las malas artes se adueñan del aspirante a mago e, incapaz de mostrar un elemento que cautive al público, decide echar paletadas de tierra sobre el escenario para confundir y esconder sus miserias. Si, encima, sustituye la tierra por estiércol, el hedor carga el aire hasta hacerlo irrespirable. Y así estamos. Ante un Pedro Sánchez debilitado, el PP tiene prisas por recuperar el poder. Tantas que se ha lanzado a un totum revolutum de acusaciones. Y un día calienta la calle por la amnistía y otro señala el caso Koldo como la punta de un inmenso iceberg de corrupción o lanza acusaciones contra la mujer de Pedro Sánchez o tolera las mentiras y amenazas del jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso (al más puro estilo trumpista) o aplaude las chulerías de la propia presidenta (cada día más asediada por el fraude fiscal de su pareja). El PSOE azuza a Óscar Puente, todo un ministro, para que muerda en las redes sociales y, paletada de boñiga por paletada de boñiga, lanza sospechas sobre la mujer de Alberto Núñez Feijóo. ¿Cuántas toneladas de estiércol es capaz de soportar el escenario?

Lo peor es el convencimiento de que tanto aspaviento tiene más de espectáculo que de creencia. Y, mucho más, de estrategia. El argumentario ultra aboga por enlodar la política, deshumanizar al adversario, perder cualquier rastro de vergüenza, mentir todo lo que haga falta y desprestigiar las instituciones. Se trata de buscar la movilización de un votante emocional e instintivo, mientras se neutraliza --incluso se expulsa-- al reflexivo. Conocer la estrategia solo hace más profunda la náusea.

* Escritora

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