Opinión | ENTRE VISILLOS

Reivindicando lo nuestro

Tras mirar a Andalucía en su fiesta, reparemos en lo más cercano, lo que se hace aquí

El Día de Andalucía que ayer celebrábamos, con la reivindicación que supone de todo lo nuestro (autonomía, sentimiento andaluz, acento...) nos acerca también a lo más próximo, eso a lo que por tenerlo al lado no se le suele prestar atención. O sí, pero con cierto complejo cateto que conviene sacudirse cuanto antes. Por eso traigo hoy a este rincón algunas de las citas, entre la cultura y la sociología, que se dan estos días en la ciudad y que, como el 28F, responden a nuestras más auténticas esencias y tienen como fin redimirlas de la erosión del tiempo.

Empiezo por la ruta, o las rutas (son cuatro) impulsadas por el Ayuntamiento para conocer el legado de Mateo Inurria (1867-1924), del que este año se cumple -se cumplió el 21 de este mes- el centenario de su fallecimiento. Hoy mismo se desarrollará la segunda, aunque como son gratuitas y con plazas limitadas, si usted está interesado más vale que corra a inscribirse en el correo electrónico centenariomateoinurria@gmail.com. Quizá llegue tarde para participar en el itinerario guiado de esta mañana, que parte de la Mezquita-Catedral para recorrer el Alcázar de los Reyes Cristianos y los mausoleos realizados por el escultor que se conservan en el cementerio de la Salud. Pero podrá apuntarse a los siguientes paseos del 8 o el 16 de marzo. Entre todos ellos se pretende recordar la herencia artística del maestro, trazando el mapa de su obra tanto en calles y plazas como en el citado Alcázar, la Diputación y el Museo de Bellas Artes, de la mano del profesor Ramón Montes. Este especialista en Mateo Inurria será también el comisario de la exposición que en junio podrá visitarse en la pinacoteca cordobesa, en torno al retrato en la producción del escultor.

A propósito de rutas, hay otra en preparación que toca una de las facetas más genuinas del ser y el estar de los cordobeses, la de sus tabernas y los parroquianos que las frecuentan. Un mundo ajeno a modas que, si no se mima, está condenado a desaparecer o, en el mejor de los casos, a desvirtuarse a la sombra de nuevas maneras de entender el ocio. Por eso el Instituto de Desarrollo Económico (Imdeec) presentó el pasado noviembre, con el alcalde Bellido como padrino, la que pronto -si no se olvida tan interesante proyecto- será ruta turística de las tabernas históricas, entendiéndose por tales las que llevan más de 75 años abriendo al público sin interrupción. Para ello era necesario que estos negocios singulares, alma de Córdoba como sus patios, solicitaran ser inscritos en un catálogo no sólo para formar parte del itinerario de estos templos del fino y la conversación callada, o incluso del silencio, sino para beneficiarse de la promoción municipal. Y, la verdad, dada la apatía propia del carácter cordobés y el hecho de que no se ha vuelto a hablar del tema, sospecho que haría falta una sacudida oficial para que cuaje felizmente la idea, con la que taberneros y público saldríamos ganando.

Una taberna, la Séneca de la Sociedad de Plateros, ha sido el escenario del acto titulado ‘Mujer y joya’, inscrito en el primer ciclo de arte sobre el universo de la joyería, otro pilar básico de la idiosincrasia cordobesa. Se trata de unas jornadas que enlazan el oficio, la música y la poesía a través también de un acto lírico ya celebrado en la Fundación Gala, ‘Joyas en el cosmos’, y la exposición ‘Diseño en el mundo de la joyería’, abierta hasta el 4 de marzo en la Biblioteca Viva de Al Andalus, con hermosas piezas de José Luque y Francisco Vera Jaén. Dos modos distintos -el primero imaginativo y rompedor, el segundo pura filigrana-, pero complementarios; dos formas de entender la platería hecha desde aquí para el mundo. Porque a veces conviene pararnos a saborear lo nuestro.

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