El año 2020 ha resultado una completa montaña rusa de sensaciones para el Deportivo Córdoba. El plantel verde contó con momentos inmejorables y otros muy duros que serán muy difíciles de olvidar. No obstante, las jugadoras de Juanma Cubero supieron crecer ante las adversidades y la evolución sobre la pista resultó notoria. De hecho, tras la decepción de no entrar en el play off de ascenso durante la temporada 2019-20, el grupo se marchó al parón liguero de Navidad en lo más alto de su subgrupo demostrando que el curso 2020-21 puede deparar un ascenso a la élite del fútbol sala femenino.

Una quinta posición marcada por la pandemia

El míster cordobés tomó las riendas del club el pasado junio de 2019. La principal premisa marcada desde la dirección deportiva no era otra que subir desde el Grupo 3, un objetivo que se tornó en imposible debido a la irrupción del coronavirus. La pandemia provocó que a mediados de marzo de 2020 se detuvieran todas las competiciones deportivas y se buscaran fórmulas para terminar los campeonatos cuando fuera viable. Al plantel de Cubero le afectó la determinación ofrecida desde la Federación, ya que no se retomó la actividad y se quedaron fuera de los tres primeros puestos.

En el quinto lugar, con 42 puntos, esperaron una resolución que les permitiera ganarse el derecho a la gloria. Todo ello mientras España estaba sumida en un confinamiento total y la preparación física del vestuario debía realizarse a través de las pantallas de los ordenadores. Sin embargo, los 6 puntos que finalmente les separaron de la UD La Cruz Villanovense se convirtieron en un simple dato vacío y carente de valor alguno. Las dudas, a partir de entonces, estuvieron focalizadas en cómo se arrancaría la nueva campaña y bajo qué condiciones, circunstancia que tardó en cristalizar y que retrasó la vuelta a los entrenamientos.

La Copa, una muestra de superioridad

Pero si por algo se caracterizó -y caracteriza- el Deportivo Córdoba fue por sus ganas de vencer y reflejar que nadie podría con ellas. Ese horizonte esperanzador cobró forma a mediados de octubre con la disputa de la Copa de Andalucía. Hasta territorio malagueño viajó la expedición, con apenas una semana de pretemporada, para cosechar su cuarto entorchado autonómico. En cuartos de final se deshicieron del Polideportivo Cádiz por 4-0, un abultado y cómodo tanteador que lanzó un serio aviso al resto de adversarias. El Ejido se presentó como la siguiente escuadra a batir en semifinales. Pese a que el duelo tuvo fases complejas, finalmente se decantó del lado verde por 4-2.

La gran final esperaba a una plantilla que quería resarcirse de la derrota sufrida en la edición anterior contra el Deportivo Loja. Las granadinas, aquella fatídica tarde, se llevaron el título desde el punto de penalti. Marixu estrelló su lanzamiento en el palo frenando la positiva reacción del club. Ese golpe anímico sirvió y mucho a las de Cubero meses más tarde, sobre todo por cómo administraron esfuerzos y manejaron el ritmo del partido frente al Atlético Torcal. La veterana Inma Sojo, Rocío Gracia y Lau Fernández pusieron un 3-0 alentador en Villanueva de Tapia. Pese a ello, Cecilia, en el último minuto, hizo dos dianas que trajeron al presente los fantasmas del pasado. El quinteto aguantó a la perfección las acometidas malacitanas y selló un triunfo cargado de alegría.

Del susto al liderato para acabar el año

Del susto al liderato para acabar el año El buen arranque competitivo del Deportivo Córdoba, tanto en la citada Copa de Andalucía como en el subgrupo B del Grupo 3, se vio afectado por el covid-19 en los coletazos finales de octubre. La entidad presidida por Pablo García comunicó a través de sus redes sociales cuatro casos positivos que, atendiendo a los protocolos previstos para esta situación, provocaron el confinamiento y el cese del trabajo. La pesadilla de marzo volvía justo cuando mejor estaban las jugadoras de Cubero aunque, por suerte, todo se solventó rápidamente y el club cordobés no notó en el parquet el obligado parón.

De hecho, los registros ofrecidos hasta la fecha invitan al optimismo. El equipo es el líder con 21 puntos -tres más que el Atlético Torcal- gracias a las siete victorias obtenidas en ocho citas. Solo la UD La Cruz Villanovense superó a las verdes por 5-4 en lo que va de temporada. Además, los 45 goles a favor y solo los 10 recibidos dejan constancia de su capacidad ofensiva y defensiva. Tere Muñoz destaca en estas lides con nada más y nada menos que 11 tantos. La siguiente en el listado anotador es Rocío Gracia con 7. Celi Calderón (6), Neiva Cano (4), Ana Haro (4), Lihuen Valcárcel (3), Inma Sojo (3), Lau Fernández (2), Marta García (2), África Lozano (2) y Marixu Romero (1) completan este interesante capítulo.

La complicada hoja de ruta hacia Primera

El camino será largo y complejo y tiene como punto de partida el propio subgrupo B del Grupo 3. Los cuatro mejores pasan a la segunda fase contra los cuatro más destacados del subgrupo A del Grupo 3 arrastrando resultados y puntos, por lo que no se volverán a medir a los rivales que ya tuvieron en Liga. Ese nuevo Grupo de ocho que surge -denominado C- dejará a cuatro representantes que optarán a pasar a la siguiente ronda. El primero se medirá al cuarto y el segundo contra el tercero, a partido único, en estas semifinales. El que resulte campeón accede a la fase final ante los vencedores de los Grupos A, B y D. Ahí se procederá a un sorteo para dirimir los emparejamientos. Los dos clubs ganadores suben mientras que los dos perdedores se verán las caras frente al 13º y 14º de Primera División -las llamadas eliminatorias de promoción-.

El próximo lunes 28 de diciembre retornan a los entrenos para encarar el siguiente encuentro liguero. El mismo se celebrará el fin de semana del 9-10 de enero de 2021 en casa frente al Hércules de Ceuta. Este envite, correspondiente a la décima jornada en Segunda División, calibrará las aspiraciones de unas chicas cuyas miras están puestas únicamente en el ascenso a Primera.