La posibilidad de una moción de censura en Baena ha flotado en el ambiente político desde que Cristina Piernagorda fue elegida alcaldesa. Fue una jornada histórica en muchos sentidos: por primera vez el PP lograba la alcaldía tras 36 años de gobiernos socialistas y lo hacía con un pacto de gobierno con C’s y el apoyo de Luis Moreno, el que fuera alcalde socialista durante 16 años, senador y secretario general.

Durante este casi año y medio ha sido la propia alcaldesa, Cristina Piernagorda, la que los ha retado a la moción cuando con los votos del PSOE, IU e Iporba se dejaban sobre la mesa los presupuestos o se aprobaban los planes provinciales que presentaba la oposición. Pues bien, el que debería haber sido un viernes de feria sino fuese por la situación sanitaria, comenzó a deshojarse la margarita.

El PSOE, que en septiembre eligió como nueva secretaria general de Baena a María Jesús Serrano, anunciaba que consultaría a los militantes sobre la posibilidad de presentar una moción de censura contra el gobierno municipal del PP y Ciudadanos. Ese mismo domingo, el PSOE dijo sí. A partir de ahí, el tema se convirtió en trending topic y los partidos afectados, PP y C’s, salieron en defensa de su gestión, tanto desde Baena como desde Córdoba. El 6 de octubre, los militantes de IU también dijeron sí a la moción, mientras que a la misma hora en la asamblea de Iporba decidían iniciar un expediente disciplinario y suspender de militancia a uno de sus concejales porque, según explicaba Luis Moreno, había llegado a un acuerdo para apoyar la moción de censura. Con estas declaraciones confirmaba que sumaban nueve concejales, suficientes para presentar y sacar adelante la moción.

Pero llegó un nuevo giro de guión. Otro viernes, el 9 de octubre, Dolores Ruiz Arrebola presentaba su dimisión como concejala socialista por motivos profesionales y personales. Una concejal que siempre se ha mostrado partidaria de una moción de censura que devuelva la alcaldía a las fuerzas de izquierdas. Una renuncia de la que tomará conocimiento el Pleno este jueves. Una sesión que vuelve a ser telemática por la situación actual sanitaria.

La alcaldesa, como la gran mayoría de los ciudadanos, desconoce si continúan las negociaciones o «están en punto muerto». Aunque asegura que este anuncio no ha alterado el ritmo del equipo de gobierno, «seguimos trabajando en la misma línea y con la misma intensidad». Señala que ante un equipo de gobierno unido han surgido divisiones dentro de los grupos que quieren hacer la moción de censura. «Ahí tenemos -dice- la renuncia de una concejal y hay otro que no sabemos qué va a hacer tras ser expulsado de su grupo». Como alcaldesa envía un mensaje de unidad ante una situación muy difícil económica, social y sanitaria.

Mientras, los ciudadanos siguen deshojando la margarita sobre la moción de censura.