Grupo Barea, 55 años en movimiento

Cuenta Antonio Barea con admiración cómo su padre, Antonio Barea Navarro, creó lo que hoy es el grupo de empresas que lleva su apellido hace 55 años a partir de un camión de transporte que «llevaba arena a las obras, día y noche, con su mujer, mi madre, sentada en el asiento de al lado», en Mataró. Un espíritu de iniciativa indomable le llevó a entrar en el negocio del movimiento de tierras y contenedores y, mientras tanto, decidió que volvería a su ciudad, a Córdoba. Un regreso que hizo efectivo pocos años más tarde tras ir repartiendo la actividad entre ambos lugares hasta que lo remató definitivamente. 

Hoy, esa iniciativa conforma un grupo empresarial de solvencia acreditada cuyos pilares descansan en cuatro sociedades dedicadas a las infraestructuras, y que operan en la construcción y la industria, y otras dos centradas en la actividad agroganadera y el alquiler de inmuebles comerciales y naves industriales. 

El grupo cordobés, no confundir con el agroalimentario sevillano de similar nombre, ha sido pionero en muchas de las actividades que ha realizado en este medio siglo de trayectoria. 

Lo fue en los inicios, con el movimiento de tierras y los contenedores, cuya sociedad (se llama Antonio Barea, como el fundador y su actual CEO) es la matriz; a continuación llegarían las grúas, móviles e hidráúlicas y el alquiler de maquinaria, una inversión que cimentó el conocimiento de la marca a pie de calle en las numerosas obras que acometió; después, nació Demoliciones Córdoba, una empresa que creó sus propias máquinas porque no existían en España en ese momento «y nosotros las rediseñamos y fabricamos aquí, siguiendo las pautas que nos marcaba la demanda de los proyectos», explica Antonio Barea, en un caso de innovación ejemplar para una actividad que la ha llevado a trabajos tan complejos como el desmantelamiento de la central nuclear de Zorita o el vaciado de edificios administrativos manteniendo las fachadas. 

A continuación, nació Recicor, una apuesta por la economía circular y la sostenibilidad a través de la gestión de residuos, que representa no pocos riesgos y que está inmersa hoy en el desarrollo de un proyecto innovador en I+D+i. 

¿El último gran proyecto del grupo? La reactivación del desarrollo del Plan Parcial I2 en Las Quemadas a través de 345.000 metros cuadrados destinados a un parque logístico y la inclusión de un gran centro comercial. Con una inversión en primera fase de 15 millones de euros, es el resultado de dos años y medio de trabajo a través de la última iniciativa del grupo, Triángulo de Rabanales.

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