Análisis

La deuda y lo imprevisible

Las necesidades de financiación del sector público superarán el 20% antes de 2030

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. / Fernando Sánchez - Europa Press

Francisco José Bocero

Francisco José Bocero

España tiene seis meses para presentar a Bruselas el plan fiscal para los próximos años, una hoja de ruta de ajuste económico que coincidirá en el tiempo con la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. En principio, ese ajuste se movería entre el 0,4 y el 0,6 por ciento anual del PIB con un plazo de hasta siete años si se cumplen las reformas y las inversiones acordadas. En cualquier caso, el coste estaría en torno a los 8.000 millones de euros anuales y los ajustes están ahí. Por ello, el haber ganado un año para volver a las reglas fiscales europeas, lo harán en enero próximo, ha sido proverbial visto lo que estamos viendo y esperando unos PGE que hoy se antojan sencillamente imprevisibles.

Calcula la Comisión Europea que las necesidades brutas de financiación del sector público en nuestro país superarán el 20% del PIB antes de que llegue 2030. No somos los únicos afectados por el síndrome del gasto alegre, ahí están franceses, italianos o belgas, de acuerdo. ¿Y? Lo que importan son nuestras cuentas y los costes de oportunidad que están dejando esta legislatura tras la densa neblina de la autocomplacencia.

Que la carga de la deuda nos abocará a un fuerte ajuste es bastante probable. Con este pandemonium, casi seguro.

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