Entrevista | Tomás Calero Exmédico del Real Betis Balompié

"Joaquín es un futbolista tocado por una vara divina"

El exmédico del Real Betis Balompié durante casi cuatro décadas afirma que "hay que estar preparado tanto físicamente como con material" en caso de que se produzca un desfallecimiento en el terreno de juego

"El momento más emotivo que he vivido en mi vida fue salvar la vida a Miguel García en Salamanca", asegura

Tomás Calero en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas

Tomás Calero en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas / CÓRDOBA

Ismael Pérez

Ismael Pérez

Tomás Calero Campos, nacido en Córdoba capital el 6 de marzo de 1960, puso fin a su etapa como médico del Real Betis Balompié a sus 64 años en diciembre de 2023 tras tres décadas y media de servicio en el club de Heliópolis. Un tiempo más que suficiente para haber acumulado experiencias de todo tipo en una entidad tan singular como la verdiblanca. Ascensos, descensos, salvaciones agónicas, títulos nacionales... Lo vivió todo en primera línea. Calero se licenció en medicina en Córdoba en 1984 y más tarde se especializó en medicina deportiva pasando por París y Montpellier. Llegó a finales de 1986 tras ser contactado por el Betis mientras realizaba el máster de Traumatología del deporte. Dejó el puesto de jefe de servicios médicos en 2017, aunque siguió vinculado al club principalmente a través de la cantera. Actualmente, trabaja en el Hospital Vithas de Sevilla y espera el lanzamiento de su libro para el próximo10 de junio.

Describa toda la experiencia de estos 35 años en el Betis en una frase. 

Mira, la frase que te puedo poner es "la ilusión hecha realidad". Yo era un chaval cordobés ilusionado con el deporte. Entonces, a raíz de una fractura de codo que tuve que casi me impide seguir jugando me di cuenta de que podía ayudar yo a los deportistas de alguna forma diferente que no fuese compitiendo. Decidí estudiar medicina en Córdoba y cuando acabé me fui a hacer la especialidad a Francia, porque no había la especialidad medicina deportiva todavía nuestro país. Estuve en París dos años, después volví, pero no encontré trabajo así que me fui a Montpellier. Fue entonces, mientras hacía el máster de traumatología del deporte, cuando me llamó el Betis de forma casual, porque yo había tenido una entrevista con un antiguo médico del Betis simplemente para conocer cómo era el mundo del fútbol. En el Betis se dieron una serie de circunstancias en las que algunos jugadores decidieron cambiar los servicios médicos y entonces se acordaron de mí, me llamaron y para allá que me fui. 

Tomás Calero junto a su familia y la directiva del Real Betis

Tomás Calero junto a su familia y la directiva del Real Betis / CÓRDOBA

¿Cuáles han sido los principales desafíos que ha enfrentado en su trabajo con los jugadores de fútbol? 

He convivido con 10 presidentes, 39 entrenadores y cerca de mil y pico jugadores de la primera plantilla. Momentos duros he pasado un millón y te estaría contando hasta pasado mañana, pero indudablemente el momento más duro para todos fue el fallecimiento de un jugador como Miki Roqué. El detectar la enfermedad y tener que decirle que no iba a poder volver a jugar al fútbol fue el momento más dramático de mi carrera.  

El mejor momento

¿Y cuál sería el mejor momento? 

El momento más emotivo que he vivido en mi vida fue salvar la vida a Miguel García en Salamanca,. El jugador se cayó desplomado por una muerte súbita y lo reanimamos en el terreno de juego. A partir de ahí siempre comento que tuvo otra trascendencia el uso del desfibrilador, y ya hubo conciencia a nivel nacional de que tenía que haber un desfibrilador en cualquier centro deportivo. Nosotros casi nunca estamos en la urgencia vital, trabajamos con gente sana que sufre sus lesiones, pero nunca bajo un riesgo vital. La experiencia que viví allí fue tremenda y gracias a Dios salió bien.  

Gracias a ello se han salvado muchas vidas, como por ejemplo la de Gudelj aquí en Córdoba. 

Por desgracia, seguirán produciéndose estos casos porque no sabemos con seguridad cuáles son las causas que provocan la muerte en gente tan joven y deportista. Pero tenemos que estar preparados y sobre todo lo hay que estar tanto físicamente como con material, porque si no llega a ser por el desfibrilador no sabría yo decir qué futuro hubiera tenido el jugador.  

¿Qué medidas se toman para prevenir y tratar las lesiones de los jugadores durante la temporada? 

Si fuésemos capaces de prevenir las lesiones seríamos héroes. La lesión es compañero de viaje del deportista, siempre en algún momento en su vida con mayor o menor gravedad alguna lesión tiene que aparecer. La lesión debe ser aceptada por todo el mundo, por el propio jugador primero, por el entrenador y por el club, y los compañeros de los servicios médicos sabemos que las lesiones van a existir. Los periodistas también tienen que saber que las lesiones aparecen por más medios preventivos que nosotros pongamos a su alcance, porque no sabemos cuáles son las causas totales para prevenir la lesión. Por el volumen de carga de partidos, porque se ha aumentado la intensidad en los entrenamientos, porque la competencia es muy grande entre compañeros y porque la exigencia física del partido cada vez es mayor, estas lesiones van a seguir apareciendo. 

"La lesión es compañero de viaje del deportista, siempre en algún momento de su vida con mayor o menor gravedad alguna lesión tiene que aparecer"

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Llegó al Betis en la década de los 80. ¿Podría decirme cuál es la diferencia entre un jugador de los 80 y un jugador actual? 

Principalmente, el jugador que había a finales del 80 era técnicamente un poco mejor. Físicamente no tienen el recorrido que tiene el jugador actual, pero sobre todo a nivel técnico y de espontaneidad era mucho más bonita la forma de jugar de antes. Ahora está todo más programado, ya no hay fútbol en la calle y la gente solamente juega en campos y en escuelas. Antiguamente, toda esa improvisación que salía del niño que jugaba en la calle se demostraba en el campo, ahora mismo se ha perdido esa improvisación de los jugadores. Sigue habiendo figuras y sigue habiendo genios, seguirán saliendo figuras y seguirá habiendo genios, pero cuando tú antiguamente ibas a un partido de fútbol cualquiera te podía hacer un regate en una loseta. Ahora es más fútbol de combinación y menos creatividad, antes la gente le echaba la pelota al extremo derecho y este se buscaba la vida para regatear a dos y centrar. Yo de vez en cuando añoro bastante el futbolista de ese calibre. 

¿Cómo colaboran los médicos con el resto del cuerpo técnico? 

El médico del club es un gestor, tiene que conocer prácticamente todas las facetas porque si cojea de alguna de las facetas va a sufrir. El médico debe conocer la programación del entrenamiento de ese día para saber si para un futbolista puede ser buena o puede ser mala. Un médico tiene que ser un gran comunicador, para trasladarle al entrenador y al cuerpo técnico las pautas a seguir para que vea que controla la situación. Lo peor en el mundo del fútbol es la indecisión. Como tú traslades algo de indecisión, pues al final se crean bastantes dudas y entonces no se iría por buen camino. Una persona ante una lesión tiene que programarla bien, definirla bien y los plazos se cumplirán más o menos, ya que nada es matemático.  

El valor de los derbis

Cuesta mencionar al Betis sin mencionar al Sevilla. ¿La presión que generan los derbis pueden afectar físicamente a los futbolistas? 

Yo creo que no. A nivel profesional indudablemente el pellizco en el estómago lo llevamos todos cuando se producen los derbis. Lo mismo lo llevaba yo durante más de 50 derbis que he vivido, como lo lleva el portero o como lo lleva el entrenador. La exigencia de esta ciudad es algo fuera de lo común. He vivido muchos derbis, pero te puedo asegurar que el dramatismo, la exigencia, la ilusión y el dolor que se produce con la ganancia o la pérdida de un derbi es tremenda. Para nosotros muchas veces ganar un derbi era salvar la temporada, y eso en derbis como el Real Madrid-Atlético de Madrid no sucede, no creo que lo vivan con la misma intensidad con la que lo vivimos nosotros. 

Tomás Calero celebrando junto a Joaquín el 3-5 en el Pizjuan

Tomás Calero celebrando junto a Joaquín el 3-5 en el Pizjuan / CÓRDOBA

¿Quién ha sido el futbolista que en cuanto a capacidad física más te ha sorprendido? 

Ha habido futbolistas excepcionales que gracias a Dios he tenido la suerte de tener, pero por ejemplo un futbolista tocado por una vara divina, y eso lo sabemos todos, es Joaquín. Aparte de tener una connotación genética excepcional ha sabido cuidarse sobre todo en los últimos años. Su capacidad técnica le ha permitido, cuando ya su capacidad física había bajado un poco, seguir ayudando y aportando al equipo. Siempre ha tenido un nivel óptimo de profesionalismo y crea una especie de figura respecto a los compañeros que le hace seguir en esa profesión.  

Hay jugadores que marcan la diferencia ya no solo por el físico, sino también por el talento. ¿Ha trabajado con jugadores así en el Betis? 

Sé que son preguntas que gustan hacer para decir “este era un crack”, pero después de tantos años son tantos que se van acumulando y cuando dices diez o doce no paras. He tenido jugadores talentosos que hacían cosas increíbles, pero también he tenido jugadores talentosos que parecía que se iban a comer el mundo, pero por falta de disciplina y no ser buenos profesionales se quedaron en el camino.  

Tomás Calero en la despedida de Joaquín

Tomás Calero en la despedida de Joaquín / CÓRDOBA

Después de dejar el Betis ¿Cuáles son sus metas y proyectos a futuro? 

Yo estoy trabajando en el Hospital Vithas por la mañana. Estoy en un nuevo servicio que se ha creado de una unidad cardio-metabólica donde trabajamos las recuperaciones del corazón y todo el sistema metabólico. Utilizamos nuevos experimentos para en la pérdida de peso y la prevención de enfermedades, un proyecto muy ilusionante. También estoy sobre todo con la selección femenina sub-23, pero también me llaman para participar en otras secciones. También estamos muy ilusionados porque el día 10 de junio voy a presentar el libro que he escrito sobre mi experiencia en el vestuario del Betis, se llama “El médico del Betis: más de 30 años tomando el pulso del vestuario del Villamarín”. Es un libro de anécdotas y vivencias donde cuento muchas historias desde mi perspectiva.