Florentino Pérez desea un ¡Bon Nadal! y sugiere que llega su 'Last Dance' en el Real Madrid

Hacía tres años que el Real Madrid no celebraba su comida de Navidad. Y había ganas. Al menos eso daba a entender la enorme concurrencia de periodistas deportivos, y no tanto, que se dejaron ver en el acto que reunió en masa a lo que Pep Guardiola bautizó como "la Central Lechera". Directores de periódicos nacionales, rostros reconocidos de la televisión, lo que vendría siendo lo más mediático del llamado "madridismo sociológico" se dio cita en el palco de honor del Santiago Bernabéu convocados por Florentino Pérez. 

La complicidad de los medios

El presidente subió al atril ante dos docenas de sillas vacías. Y ofreció un discurso digno de cualquier político o estadista mundial, todos con un poder infinitamente menor que el suyo. "Hoy retomamos este acto que es tradicional en estas fechas y que no hemos podido celebrar hasta ahora, por culpa en primer lugar de la pandemia, y el último año como consecuencia también de las obras del estadio. Esta relación que ha mantenido nuestro club con los medios de comunicación nacionales e internacionales, a lo largo de la historia, nos ha ayudado a transmitir los valores que han marcado nuestros 121 años de vida. Esto también nos ha ayudado a unir a la gran familia madridista repartida por todos los continentes", advirtió en su parte inicial.

Luego sacó músculo, justificadamente, detallando la excelencia deportiva de sus secciones en los últimos años a su mando: "Asistimos a uno de los ciclos de mayor éxito deportivo de nuestra historia. En los últimos 13 años, el Real Madrid ha conseguido 50 títulos: 25 de fútbol y 25 de baloncesto. Entre ellos, 5 Copas de Europa de fútbol y 3 Copas de Europa de baloncesto". Para posteriormente poner el foco en el remozado estadio Santiago Bernabéu: "Hoy nuestro estadio cumple 76 años. Entramos en la recta final de una transformación que va a marcar un antes y un después en la historia del Real Madrid. Este estadio, que fue producto de un visionario como nuestro querido presidente Santiago Bernabéu, nos va a permitir seguir aspirando a ser líderes en lo deportivo, en lo económico y en lo social. Estamos ya muy cerca de cumplir el sueño de todos los madridistas". Y concluyó, en su rol de líder global, deseando a todos "que volvamos a vernos el próximo año con salud, trabajo y felicidad. Y que en este mundo tan difícil que nos ha tocado vivir, la Paz llegue por fin a todos los rincones del planeta. Felices fiestas a todos, gracias por venir y que sea un gran año para todos".  

En ese momento el "ser superior", como lo calificó Emilio Butragueño, bajó del atril y se acercó a una turba más propia del besamanos del Gran Poder en Sevilla que de la comida de medios de Navidad del Real Madrid. Todos querían departir con Florentino, hacerse un 'selfie' con él para sus redes o hablar de su libro (en este caso medio). En los corrillos era asediado en busca de algún titular que llevarse a la boca para personalizar el encuentro, más bien encontronazo por la brevedad. Y Pérez, que disfrutaba del agasajo, se sigue mostrando en forma en el cuerpo a cuerpo. Las preguntas a quemarropa las devolvía como Federer los reveses a una mano. Por eso era más recomendable atacar con saque y volea para rascar algo. Pregunta y contrarréplica. 

Y en ese tira y afloja Florentino confesó que se ve en el Real Madrid hasta 2025. Ergo, que será su último mandato. El tiempo justo para dejar el estadio a pleno pulmón, fichar algún galáctico para el césped y sentar en el sillón presidencial al hombre con el que sueña que le suceda, el mismo que saltará el próximo 14 de enero a Melbourne Park a jugar un Grand Slam más de un año después: Rafael Nadal Parera. Y así terminó el cóctel del Real Madrid, con Florentino deseando a la entregada concurrencia unas blancas Navidades y... un '¡Bon Nadal'.