Los poetas de Cántico rinden homenaje a sus pintores

"Los pintores de Cántico son tan cánticos como los poetas», decía Pablo García Baena, cuyo fallecimiento en enero del 2018 auspició en la Real Academia de Córdoba un acto dedicado a este grupo literario cada año en ese mes. Y en esta ocasión han sido los artistas que ilustraron la revista que lleva el mismo nombre del colectivo los homenajeados, primero con una conferencia de Miguel Carlos Clementson sobre Ginés Liébana y Miguel del Moral y después con una lectura de versos que los poetas del grupo dedicaron a estos creadores. Clementson se ha adentrado en las colaboraciones que tanto Liébana como Del Moral realizaron en la revista Cántico en sus dos etapas. El experto en arte ha destacado que fueron estos dos autores quienes se ocuparon de ilustrar de forma mayoritaria la publicación, en la que Del Moral tendrá una presencia más significada que Liébana, ya que este último artista «se sintió presionado a salir de Córdoba tras los acontecimientos que durante la guerra civil rodearon a su familia», señaló Clementson.

Dos etapas

«En el año 1936 fueron fusilados tanto su padre como su hermano, y a partir de ese momento la familia quedó estigmatizada, le hacían la vida imposible al adolescente Ginés Liébana, que en 1942 se trasladó a Madrid en busca de mejores horizontes y, sobre todo, huyendo de la presión a la que se sometió a la familia», ha recordado Clementson, que ha añadido que por ese motivo el artista apenas aparece en la segunda etapa de la revista, más allá de la portada del número 3, en la que sí siguió presente Del Moral. 

Respecto a este pintor, Clementson ha destacado que fue «un gran dibujante, tenía un trazo muy expresivo», resaltando «la vertiente surreal que desarrolló en sus dibujos en Cántico y que luego apenas toca en su pintura, exceptuando un autorretrato de 1949». Tras incidir en esta circunstancia, el especialista ha hablado de otros ilustradores que participaron en la publicación, «aunque muchos de ellos tendrán una presencia episódica y van a estar vinculados a la revista como invitados de los integrantes del grupo», como es el caso de Pedro Bueno, que inserta en 1954 una cabeza femenina con la que ese año ganó la primera medalla en la Exposición de Bellas Artes, reconocimiento del que, como cordobés, quisieron hacerse eco Ricardo Molina y Pablo García Baena. 

Capacidades entrecruzadas

«Son autores que simpatizan con el espíritu de la revista, que tienen una sensibilidad compartida, pero que en realidad no son integrantes continuados como lo fueron Liébana y Del Moral», ha continuado Clementson, que también ha hecho hincapié en que «muchos de los poetas de Cántico eran también buenos ilustradores y todos ellos, excepto Juan Bernier, hicieron sus incursiones en este ámbito», de hecho, Julio Aumente tenía una vocación artística manifiesta, al igual que Mario López era un «magnífico pintor y con el tiempo se reafirmó cada vez más», mientras Liébana, que era pintor y dibujante, también hizo una carrera como poeta, escritor y dramaturgo.

«Estos son ejemplos de las entrecruzadas capacidades de todos estos artistas que tan fértiles e importantes fueron tanto para la poesía como para la pintura», ha concluido Clementson. El acto ha finalizado con un recital de poemas que leyeron los académicos Balbina Prior, Calixto Torres, Antonio Varo Baena, María Rosal, Juana Castro y Manuel Gahete, seleccionando algunos de los versos que dedicaron los poetas de Cántico a los pintores, entre ellos el que García Baena escribió a Liébana y otros que Ricardo Molina creó tanto para Miguel del Moral como a Liébana.