En el ciclo 'Tiempos de historia'

El periodista Francisco Expósito analiza las consecuencias de la guerra civil y la dictadura en una conferencia en el Ateneo

Reivindica una calle para Fernando Vázquez Ocaña por "su importante contribución" al periodismo cordobés

Antonio Barragán Moriana, José Luis García Clavero y Francisco Expósito, durante la conferencia.

Antonio Barragán Moriana, José Luis García Clavero y Francisco Expósito, durante la conferencia. / CÓRDOBA

Bajo el título de Vázquez Ocaña, un periodista cordobés en la guerra y el exilio, el periodista de Diario CÓRDOBA Francisco Expósito ha inaugurado la nueva temporada del tercer ciclo Tiempos de historia que organiza el Ateneo de Córdoba. Durante la conferencia, Expósito destacó que Vázquez Ocaña desarrolló una gran parte de su trayectoria en la ciudad de Córdoba, donde aún no tiene rotulada una calle. “Fernando vivió en Córdoba su etapa más brillante como periodista, donde fue reconocido por sus compañeros de profesión como uno de los articulistas más importantes de la ciudad, además de participar en actividades de promoción cultural de Córdoba, pero también de Córdoba y de sus sectores económicos, desde el turismo al impulso industrial”, señaló Expósito, que aseguró Vázquez Ocaña, además, que impulsó iniciativas como la defensa de los periodistas en los años veinte, reivindicando la dignidad de la profesión o una renovación del periodismo que huyera del sensacionalismo y la lectura fácil.

Junto a su colaboración en los periódicos cordobeses Diario Liberal y Diario de Córdoba, Vázquez Ocaña escribió en revistas como Andalucía y Revista Popular, en las que fue redactor jefe, y en los años treinta fue director del semanario cordobés Política y del diario El Sur. Posteriormente, fue director de La Vanguardia y fundador y director de la edición mexicana de El Socialista, junto a otras publicaciones. Expósito destacó que una calle dedicada a Vázquez Ocaña en Córdoba “vendría a reconocer la labor de uno de los grandes periodistas andaluces de la primera mitad del siglo XX, en España y en el exilio, dejando atrás el olvido histórico que sufrió durante cincuenta años”.

A esto hay que unir también su elección en 1933 como diputado por Córdoba en las filas del Partido Socialista o la publicación en 1957 de una las grandes biografías publicadas en el exilio sobre la figura de Federico García Lorca (García Lorca. Vida, cántico y muerte). Precisamente, el historiador Ian Gibson llegó a calificar al periodista baenense como “uno de los primeros biógrafos del poeta”.

En el acto, Expósito recordó al que fuera director de Diario CÓRDOBA Antonio Ramos Espejo, que impulsó en 1990 una de las primeras publicaciones de recuperación de Vázquez Ocaña con la edición de un número especial del suplemento ‘Cuadernos del Sur’, de Diario CÓRDOBA.

El golpe de Estado de 1936

Asimismo, el periodista disertó sobre las consecuencias del golpe de Estado de 1936 en el periodismo, ocasionando, según afirmó, el mayor exilio de periodistas de la historia de España: “Centenares de profesionales de la comunicación tuvieron que huir mientras en el país comenzó una dictadura que eliminó la libertad de expresión. Con la publicación de la Ley de Prensa de abril de 1938, todos los medios de comunicación se convertían en empresas al servicio del Estado”.

Cuando se produjo la marcha del Gobierno republicano en 1939, el número de profesionales se había reducido considerablemente y los que pudieron cruzar las fronteras emprendieron una vida de complicaciones que les llevaría a países como Francia o México, principalmente, con la amenaza, además, de la expansión de los regímenes fascistas, aliados del franquismo, que también contribuyeron a la persecución de los periodistas republicanos, como sucedería con Julián Zugazagoitia, exministro de Negrín, exdirector de El Socialista y compañero de Fernando Vázquez en este periódico.

Zuga fue apresado por la Gestapo en París. La dictadura franquista lo fusiló en 1940. Los periodistas que quedaron en España, recordó, “serían sometidos a expedientes de depuración a medida que los territorios iban siendo tomados por las tropas franquistas, y los medios de comunicación que sobrevivieron se convertirían en órganos de la nueva dictadura que se estaba extendiendo”.

Junto al drama del exilio, los centenares de miles de españoles transterrados que no pudieron regresar a su país “sintieron el abandono y olvido internacional al ver que los mismos aliados que habían perseguido a Mussolini y a Hitler comenzaron a apoyar a Franco”. Vázquez Ocaña hablará de “política de brazos cruzados” que provocó que la Sociedad de Naciones no interviniera en el conflicto que se produjo en España en 1936.

El periodista considerará que se dejó abandonado al pueblo y a un “gobierno legítimo y democrático” frente a “fuerzas políticas y militares que, con la ayuda decidida de Hitler y Mussolini, asaltaban el poder”. “Tras la Segunda Guerra Mundial, miles de exiliados españoles volvían a ver cómo la sociedad internacional les daba la espalda por intereses geopolíticos. Llegaba la Guerra Fría y el enemigo ya no era Franco, ahora era Rusia”, añadió.