NOVELA

Una historia bajo un cielo de alquitrán

La autora cubana Zoe Valdés conmueve desde la primera página con su libro ‘En La Habana nunca hace frío’

Zoe Valdés. | PEDRO PUENTES HOYO / EFE

Zoe Valdés. | PEDRO PUENTES HOYO / EFE / Alejandro López Andrada

Alejandro López Andrada

Alejandro López Andrada

Cada vez que uno lee cualquier libro cimentado sobre un fondo o paisaje político visible tiene miedo, de entrada, a hallar un texto traspasado de alguna manera por un halo panfletario que puede enturbiar su aroma literario o el halo estético que hay entre sus páginas. Suele ocurrir en muchas ocasiones: el mensaje ideológico lastra al mensaje literario. Aquí, por fortuna, no ocurre nada de eso; muy al contrario, el magnífico fondo o decorado de esta singular novela literaria, aun siendo reconocido inmediatamente, no influye en la calidad ni en la textura, en la tersa y limpia estructura narrativa, de un relato bellísimo escrito con el alma descarnada y herida por la sinrazón de una época histórica imposible de olvidar. La novela transcurre en los años más plomizos, aberrantes y umbríos, de la Cuba de un Fidel que enterró la esperanza y la ilusión imperturbable de una juventud rota y torturada por la turbia manaza de una dictadura ácida que intentaba uniformar la moda y la música.

Sin entrar en maniqueísmos panfletarios, uno reconoce en la lectura de este libro el carácter inhumano que poseen las dictaduras, vengan del lado que vengan sus designios. Los extremos se tocan y siempre son violentos.

Pero no es el momento de hablar de ideologías, sino de poesía y literatura límpida como las que nos ofrece esta novela, a la vez que trágica y triste, deliciosa, destilada y liofilizada por la voz de una narradora magnífica, Zoé Valdés, que, apoyándose en las experiencias de su vida, nos dibuja una Cuba terriblemente gris en los años 70, una época difícil, cuando se perseguía a los roqueros y melenudos, a los chicos y chicas de alma libertaria y espíritu hippie que obviaban las consignas de un país cercenado por la voluntad de un régimen dictatorial, violento, cruel y absurdo, si nos atenemos al guión de este relato que uno lee de un tirón con el alma magullada por un sobrecogimiento indescriptible.

Describe una Cuba terriblemente gris en los 70, época difícil, cuando se perseguía a roqueros y melenudos

Escrita en un tono poético admirable, esta formidable novela de Zoé Valdés (La Habana, 1959) nos dibuja un mosaico de almas jóvenes torturadas por las sucias manazas de una dictadura que perseguía la originalidad, la libertad de la música moderna, cercenando el amor, las ansias de vivir de una juventud encorsetada por el halo umbrío y desolador, febril, grotesco que instalaba en el aire el régimen castrista: «Las patrullas de policía acabaron por llegar. En los autos montaron a todos los jóvenes cuyas ropas habían sido picoteadas «(Pág. 101).

No debió ser nada agradable para Zoé respirar y vivir bajo aquel sórdido ambiente; sin embargo, cuando uno se adentra en este libro, traspasado por un dolor profundo y cáustico, no se deja atrapar tanto por el frío, la niebla y la sangre, los moratones de la piel, las narices hundidas, sangrantes, de los jóvenes apaleados por la policía castrista, como por el amor, los sueños limpios, la ternura, el afecto, la ropa estampada y colorida, la música ‘beat’ y las canciones en inglés que, a contracorriente, entonaban las muchachas arriesgando su físico.

No en balde, en la novela aparecen escenas de un violáceo dramatismo, dolorosos pasajes donde los golpes y las torturas abren cauces granates en el alma del lector que, estremecido, asiste a un espectáculo doloroso y febril, umbrío y agridulce.

La juventud

No obstante, sobre la barbarie y el dolor que el régimen dictatorial siembra en el aire, los jóvenes de la Habana, tan rebeldes, vuelan sobre la mugre del ambiente entonando canciones bajo un cielo de alquitrán que oculta la luz deliciosa de una Cuba con el corazón y los ojos derruidos

Bajo un cielo de alquitrán, en una atmósfera triste y represiva, desfilan los protagonistas, Bada, Pilzy, Charlie, Saúl, Mijito Frankenstein, o el abuelo Simón, junto a la protagonista, Flower Lilitú, y van construyendo un bellísimo andamiaje, un tapiz narrativo de fondo oscuro, trágico, pero, paradójicamente, luminoso, donde suenan las notas y la letra prodigiosa de una hermosa canción, ‘As tears go by’, de Rolling Stones.

Las notas de esa melodía poética sostienen la luz de una juventud cubana con ansias de huir de un espacio de olor caqui, cerrado y dictatorial, que Valdés ha sabido plasmar en una novela que conmueve desde la primera página.

‘En La Habana nunca hace frío’.

Autora: Zoe Valdés.

Editorial: Berenice. Córdoba, 2023.

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