SERES DE BABEL

Periodistas

Fernando Vázquez Ocaña

Fernando Vázquez Ocaña / Diario CÓRDOBA

Manuel Gahete

Manuel Gahete

Mientras escuchaba a Francisco Expósito disertar sobre el periodista baenense Fernando Vázquez Ocaña, me sorprendió algo que tenía interiorizado pero no se había develado con análoga lucidez hasta ahora: la capacidad que tiene el ser humano de confraternizar o evadirse ante las adversidades sea cual sea la ideología, creencia, clase o sentimiento que nos unce a lo vivido. Ambas actitudes son proclives a la naturaleza humana y las dos establecen una relación más o menos beligerante contra los desmanes de este mundo.

Quizás por esto no somos conscientes del daño o favor que ejercemos cuando optamos por una u otra forma de conducta.

No somos o no queremos ser conscientes porque nos deturpa la vileza del dolo o la carcoma del miedo. El silencio suele ser aliado de la iniquidad. Levantar la voz en favor de los que callan o ya perdieron la posibilidad de expresarse es un acto de justicia, como lo ha sido el reconocimiento a Francisco Solano Márquez con la Medalla al Mérito o lo ha de ser el que algún día, no muy lejano, Fernando Vázquez Ocaña tenga su calle en Córdoba.

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