DIETARIO VERSÁTIL

La crítica de poesía: tomar el pulso

Antonio Machado.

Antonio Machado. / CÓRDOBA

La poesía del siglo XXI es un reflejo de los cambios y transformaciones que han ocurrido en el mundo en las últimas décadas. A medida que la sociedad evoluciona, también lo hace la forma en que los poetas se expresan y abordan los diversos temas en sus obras. La poesía conlleva diversas maneras de mirar a la vida y al mundo, emoción sobre las cosas, definiciones y también puestas en escena, es uno de los pilares que tiene el hombre para sostenerse ante la barbarie. Pero, falla la crítica. «La crítica es acrítica, no existe, es promocional», nos dice Enrique Villagrasa y con mucha razón, mejor y más breve no se puede decir. 

Es un tema amplio y complejo, ya que al ser la poesía subjetiva está condicionada a valoraciones personales y, por otra parte, la defensa de la poesía se encuentra en sí misma y el tiempo es su valedor. En lugar de explicarnos mejor hacernos preguntas, muchas, caben todas: ¿promociona la crítica un tipo de poesía?; ¿la poesía es ahora de mayorías solamente porque hay un buen número de poetas por metro cuadrado?; ¿tiene lectores o son los propios poetas los que se leen unos a otros?; ¿tiene ahora público?; ¿de cuánto son las tiradas y cuántos se venden en realidad?, hoy, bajo la impresión bajo demanda ¿cuántas segundas ediciones o terceras son reales. ¿Qué pasa con la poesía, nos meten gato por liebre? ¿Tan suculento es el pastel? 

Ya no hablamos tanto de canon en relación a una crítica inexistente, se nos queda corto, sino de ampliación del mercado literario, cosa muy distinta a la poesía, visto lo visto y leído lo leído. Aunque ya hace algún tiempo que ofrecen resistencia las redes y pequeñas editoriales que se desenvuelven mejor y con mayor veracidad.

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