TESTIMONIOS

Mujeres cordobesas en la ciencia: "El valor no solo está en el éxito profesional"

Testimonios | Mujeres cordobesas en la ciencia.

Testimonios | Mujeres cordobesas en la ciencia. / CÓRDOBA

Pilar Cobos

Pilar Cobos

Hablamos con tres mujeres cordobesas involucradas en el mundo de la investigación y la ciencia.

Catedrática de Agronomía

María del Carmen del Campillo: «El valor no solo está en el éxito profesional»

La catedrática de Agronomía de la Universidad de Córdoba Mª del Carmen del Campillo reivindica «que la sociedad ponga en valor lo que es tener hijos y educarles, porque el valor no es solo el éxito profesional, sino el éxito de la vida personal». 

Dirige un proyecto de investigación centrado, fundamentalmente, en conocer el potencial fertilizante de fósforo (un macronutriente) que tienen los residuos agrarios y agroindustriales orgánicos. Además, participa en otros proyectos como uno de caracterización de suelos del viñedo, para determinar aquellos que tienen más calidad, en Montilla-Moriles, en la zona de Manilva (Málaga) y en torno a Bollullos Par del Condado (Huelva), lo que contribuiría a otorgar un valor añadido al producto. También colabora en el trabajo para conseguir el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el garbanzo de la campiña cordobesa. 

La catedrática de Agronomía de la UCO María del Carmen del Campillo.

La catedrática de Agronomía de la UCO María del Carmen del Campillo. / MANUEL MURILLO

Respecto a su experiencia como científica, asegura que «he sido afortunada, porque me he rodeado de investigadores que me han tratado como a otra investigadora más. He hecho mucho trabajo de campo y me he sentido muy a gusto. Las personas que tengo alrededor tienen una visión muy amplia en todos los aspectos», valora. Además, en su familia «mi madre trabajaba y mi padre era ganadero. Estudiar y trabajar se ha visto de lo más natural, y se ha potenciado mucho el trabajo bien hecho y la independencia económica», destaca. Esta catedrática admite, no obstante, que «en el ambiente familiar y social de algunas alumnas el estudio de Agrónomos puede resultar llamativo o más de chicos, y yo nunca lo he oído». A modo de conclusión, recuerda que la investigadora «es una carrera competitiva» y entiende que hacen falta mejoras administrativas y de la sociedad general. «Es donde más hago incidencia con los alumnos, que todos somos responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor», afirma.  

Contratada

Carmen González: «Si decides ser madre, se complica mucho»

La docente e investigadora Carmen González se encuentra en la transición de un contrato post doctoral del Plan nacional de investigación a otro de la convocatoria Ramón y Cajal en el departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba. Está especializada en Arqueología islámica y afirma que ahora se encuentra «contentísima» después de conseguir su último contrato, «porque era un poco angustioso cada año sin saber dónde vas a estar el siguiente o dónde iba a escolarizar a mi hija». El Ramón y Cajal dura cinco años y «lo normal es que después de ese contrato, la universidad te estabilice. Hay que pasar una serie de evaluaciones, pero las posibilidades son mejores», detalla. 

Inició la carrera investigadora en 2012 y tras 12 años de trabajo continúa sin tener estabilidad laboral. «La carrera investigadora está muy maltratada en este país, y en Humanidades y Ciencias Sociales quizá es más complicado», reconoce. Además de investigar en «un proyecto muy pequeñito» concedido por la UCO, también comparte la docencia de algunas asignaturas con el profesor titular de Arqueología Alberto León, «que es mi supervisor y me ayuda a conciliar. Sin él, sería imposible», le agradece. 

Carmen González investigadora de la UCO.

Carmen González investigadora de la UCO. / A.J. GONZÁLEZ

Carmen González recuerda que sumar méritos y las estancias en el extranjero son fundamentales en la carrera investigadora, ya que, de hecho, en los contratos se pide experiencia fuera para poder regresar al centro donde se realizó la tesis doctoral. En su caso, ese trabajo lo desarrolló en Alemania. En su segunda estancia le acompañaron su hija, que tenía nueve meses, y su marido. Ante esta situación, «hay de todo, hay personas que renuncian a los contratos y a las estancias, porque tiene un sacrificio importante», explica. De hecho, recuerda que ella misma tuvo que renunciar a un contrato por ser madre. «Si uno decide ser madre, se complica muchísimo», admite esta joven investigadora. 

Profesora de Anatomía

Mª Ángeles Risalde: «Muchas mujeres se quedan en el camino»

«Hay un momento bastante complicado cuando toca decidir a muchas mujeres si quieres llevar esa vida tan competitiva y estresante, porque si tienes un hijo no eres competitiva. En esa etapa que se te exige tanto, muchas mujeres se quedan en el camino. Yo decidí no tenerlos hasta estabilizarme y tuve a mi hija con 37 años», describe Mª Ángeles Risalde, profesora titular de Anatomía y Anatomía Patológica comparada, y Toxicología en la Facultad de Veterinaria de la UCO.  

Después de doctorarse, estuvo 12 años fuera de la Universidad de Córdoba, pasando por las universidades de Milán y de Castilla La Mancha, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica. Entonces obtuvo una plaza de profesora ayudante doctor en la UCO, en 2018, y ahora, como se ha referido, es profesora titular en esta institución.

Mª Ángeles Risalde, profesora de Anatomía.

Mª Ángeles Risalde, profesora de Anatomía. / A.J. GONZÁLEZ

Al recordar su recorrido hasta lograr la estabilización, señala que «sientes bastante inestabilidad profesional y personal, y todo esto sucede en una etapa que tienes unos 30 años de edad cuando terminas el doctorado».

Mª Ángeles admite que muchas mujeres «han visto que no eran competitivas habiendo optado por la faceta más personal y si es un hombre no le pasa esto. Muchos compañeros han estado en el extranjero años y sus hijos se han quedado con sus mujeres en España».

Desde su experiencia profesional, también observa que «cuanto más subes en responsabilidad, más sola estás como mujer». Sus principales líneas de investigación son el control de zoonosis y enfermedades emergentes. Ahora dirige una unidad de investigación competitiva con 30 investigadores que pertenecen a ocho grupos diferentes, de los que seis son dirigidos por hombres. Comenzaron a trabajar en septiembre de 2022 y, a modo de ejemplo, confirma que ya venían ocupándose del covid en sus respectivos grupos. 

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