LA CIUDAD CUENTA CON CINCO CENTROS DE DÍA PERO NO HAY PLAZAS EXTRA POR LA NOCHE

Las personas sin techo se refugian en las zonas verdes de Córdoba para sofocar el calor nocturno

Cruz Roja y Aperfosa reparten gazpacho y agua ante el riesgo de deshidratación

Prolibertas recibe más usuarios este verano y demanda más días de piscina 

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba. / Francisco González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Sortear el cambio climático en Córdoba y sobrevivir a las sucesivas olas de calor se ha vuelto una misión cada vez más complicada para quienes viven en la calle. El mes de julio ya ha sido el más cálido de la historia y viendo las previsiones (se espera otra ola con máximas de hasta 44 en unos días), el verano entero parece ir por el mismo camino. Sin playas o espacios frescos específicos a los que acudir por la noche, las personas sin hogar se refugian estos meses en las zonas verdes, junto a fuentes públicas donde, con suerte, la temperatura baja unos grados. El Ayuntamiento de Córdoba y varias entidades sociales ofrecen refugio climático durante la tarde, cuando los termómetros superan los 40 grados, pero a partir de las seis de la tarde en unos casos, o de las ocho en otros, la puerta se abre y hay que abandonar el aire acondicionado para volver al sopor y encontrar un lugar fresco en el que pasar la noche.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba. / Francisco González

Según Jezabel García, responsable de la unidad móvil de Cruz Roja, «en verano, las personas sin hogar cambian de ubicación, pasan de los cajeros y los puentes a los parques y jardines», lo que les obliga a cambiar la ruta habitual para intentar localizar al máximo de personas. «Estamos atendiendo a una media de 50 personas al día aunque la cifra oscila porque van y vienen». Las personas a las que atienden aseguran que «vivir en la calle es más duro en verano que en invierno porque cuando hace frío te puedes tapar con mantas y refugiar en algún sitio, pero cuando hace calor y no tienes un techo y mucho menos cuentas con refrigeración, no hay escapatoria». Para ayudarles a refrescarse, los voluntarios les llevan estos días en lugar de caldo caliente gazpacho fresquito, ensaladas, leche fresca y agua, mucha agua, comenta García.«Existe un alto riesgo de deshidratación para estas personas porque no disponen de agua fresca», advierte, «el agua que sale de las fuentes públicas de la ciudad está recalentada después de toda la jornada al sol». 

Los voluntarios de la asociación Aperfosa, que no forma parte de la Red Cohabita, también salen una vez a la semana a atender en la calle a las personas sin techo. Según Carmen Benítez, responsable del servicio, les llevan bocadillos, ropa y alimentos y bebidas frescas como agua y gazpacho. «Les informamos de los recursos a los que pueden acudir durante el día y atendemos las consultas que puedan tener sobre temas de salud», explica Benítez, que recuerda que un porcentaje elevado de las personas que duermen en la calle tiene algún tipo de trastorno mental y en muchas ocasiones rechazan acudir a los centros.

La lista de espera para conseguir una plaza en la Casa de Acogida municipal o la casa Madre del Redentor de Cáritas es en verano tan larga como en invierno y, al contrario que en la ola de frío, cuando se habilitan camas extra para las noches, para la ola de calor solo se contempla el servicio de centro de día. En los últimos años, las plazas de este tipo han proliferado y a las que existían en la calle Sagunto, gestionadas por la Fundación Prolibertas, y las diez extra que habilita el Consistorio, de 13 a 20 horas, se han sumado las del centro de día de Proyecto Hombre y las de Integra Andalucía, inauguradas este mismo año. En estos espacios disponen de un refugio donde se les da el almuerzo y la merienda y además pueden ducharse. 

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba. / Francisco González

«Todas las plazas de nuestro centro están completas, así que a las personas que acuden a puerta les proporcionamos información y acompañamiento a los recursos municipales de ola de calor», explican desde la Casa Madre del Redentor de Cáritas, ubicada en la Fuensanta, a poca distancia de la del Ayuntamiento, «les facilitamos alimentos, agua y atención específica si la requieren, con especial atención a personas enfermas y mayores, y atendemos los avisos que nos llegan de las unidades móviles diurnas y Cruz Roja por la noche». En estos meses de verano, Cáritas suspende la atención nocturna, que recae en Cruz Roja tres días a la semana. 

Más usuarios, más nervios y más sobreesfuerzo

En la fundación Prolibertas han notado este año un aumento de la afluencia tanto al comedor como al centro de día que puede estar vinculado a las olas de calor. Según el director del comedor y del centro de día, Eduardo García, «el año pasado fue más flojo, pero este verano estamos atendiendo una media de 40 y 50 personas diarias, y hay días que llegamos a 60», señala. El calor hace que «estén más nerviosos, más sensibles, lo que aumenta la conflictividad entre ellos y con el personal», señala, lo que supone un sobreesfuerzo para los trabajadores, que en estas fechas son menos por las vacaciones.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba.

Voluntarios de Cruz Roja reparten vasos de gazpacho a personas sin techo, este martes, en Córdoba. / Francisco González

El verano está siendo «más estresante» porque además las olas de calor llevan a los usuarios a reclamar que se amplíe el horario de atención, algo que se ha llegado a producir en fechas puntuales de aviso rojo por altas temperaturas «por iniciativa de los propios trabajadores», comenta García. El centro de día de Sagunto cierra a las seis y este verano se ha cerrado a las ocho en varias ocasiones. También se ha reforzado el servicio de duchas con un día extra. Lo que más agradecen es la salida a la piscina de La Fuensanta dos días a la semana, que se organiza en colaboración con el Imdeco, «pero tenemos solo 9 plazas y hay muchas personas que se quedan fuera», explica, «con estas calores harían falta más días para atender la demanda». 

Suscríbete para seguir leyendo