Feria de Córdoba

Pocas razones para soñar en Los Califas

Manuel Román y Diego Ventura cortan sendas orejas, aunque el joven novillero cordobés deja infinitas dudas con la espada

Morante de la Puebla no logra trofeos por la baja calidad de su ganado

Francisco Javier Domínguez

Francisco Javier Domínguez

Feria de Córdoba

Ganado: dos toros despuntados para rejones de Los Espartales, aceptables de presencia manejables y con la movilidad justa; dos toros de Sorando, escasos de presencia, mansos y descastados y dos novillos de El Parralejo, escasos de presencia; noble y con calidad el jugado por delante y noble, pero a menos el últimos de la tarde.

Diego Ventura: rejón trasero (oreja) y dos pinchazos, rejón, un descabello (ovación).

Morante de la Puebla: estocada caída (leves palmas) y pinchazo y estocada tendida (palmas).

Manuel Román: estocada delantera caída y dos descabellos (oreja tras aviso) y tres pinchazos y cuatro descabellos (palmas de despedida).

Incidencias. Plaza de toros de Los Califas. Corrida mixta del abono de la Feria de Mayo. Media entrada en tarde de temperatura agradable. Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio como recuerdo al abogado Diego Jordano, quien fuera presidente de la Sociedad Propietaria de la Plaza de Los Califas.   

Soñamos con un torero que a día de hoy no tenemos. Miramos río abajo y vemos cómo bajo la sombra de la Giralda habitan cuatro o cinco figuras del toreo. Y si pensamos más allá de Sierra Morena, en Extremadura, contamos otros tantos ases de la tauromaquia actual. ¿Qué pasa en Córdoba? Soñamos con un Manuel Román encumbrado, empujamos para que sea el revulsivo que necesita la Córdoba taurina. Pero cinco novillos después y una sola oreja, queda el poso de infinitas dudas con la espada y de otras tantas con su forma de interpretar el toreo. Tras su actuación en el mano a mano, describimos su evolución positiva, su compromiso, pero hoy se ha corroborado que siguen siendo muchos los debes de un torero que en el segundo de su lote ha pegado más de 30 muletazos sin apenas trasladar la necesaria emoción al tendido.

Diego Ventura logró una oreja gracias a su buen rejoneo.

Diego Ventura logró una oreja gracias a su buen rejoneo. / Ramón Azañón

Dos oponentes que sirvieron

¿Por qué? Vayamos por partes. Sus dos oponentes han servido, sobre todo el primero. Noble, con recorrido, colocando la cara siempre. Tenía una puerta grande. Pero las series, cortas, apenas han tenido conexión por la superficialidad de los lances, por los cites con la muleta oblicua, por la inexistente carga de la suerte. Román, en su primero, ha toreado, sí, pero había más agua en el pozo. Se han salvado las verónicas de inicio y algún muletazo suelto por cada pitón, pero hasta ahí. Y en el segundo, noble también pero de menor recorrido, más de lo mismo. Y repito, más de 30 pases y la gente en la más absoluta pasividad. Creo, y no soy el único, que Román debe reflexionar sobre lo ocurrido y tomar una decisión porque en el patio de los novilleros los hay que pegan bocados. Liquida la feria, de la que ha sido base y emblema, sin avance, sin los necesarios pasos adelante, fundamentales para incrementar el ambiente del que ha gozado hasta ahora. Quizá un tiempo en el banquillo le pueda venir bien para pasar el necesario quinario que infunde la rabia y el pundonor necesario para ser torero.

El joven novillero cordobés Manuel Román este sábado, en Los Califas.

El joven novillero cordobés Manuel Román este sábado, en Los Califas. / Ramón Azañón

Con una figura de época

Y es que además Román compartía cartel con una figura de época. Por eso, cuando Morante se colocó al hilo del estribo y el colorado que hizo quinto embistió franco a la tela, soñábamos con lo que podía venir. Dispuesto el genio de La Puebla, le enjaretó seis o siete muletazos por alto y un molinete de verdadero sabor, reunidísimo, barroco, sabroso. Ya lo había cuajado a la verónica de la forma que él sabe hacerlo. Pero llegó el momento de ligar la faena y Morante se llevó al animal varios metros más allá del tercio, en ese espacio que ronda ya los medios, pero ahí el de Sorando dio por concluida su colaboración. Se apagó, se paró. ¿Hubiera sido más toro en el tercio o en los adentros? Seguramente no, pero ahí embistió más armónico de principio. Al otro ejemplar, el segundo, otro toro podrido del hierro jiennense, Morante apenas pudo tirarle unas líneas al principio y por abajo. Resultaron tan toreras y artistas como escasas, porque el animal apenas tuvo seis o siete arrancadas potables. Apagado y rendido el jabonero, Morante sólo pudo justificarse porque se quedó sin material.

Morante de la Puebla en la lidia de uno de sus toros, este sábado, en Córdoba.

Morante de la Puebla en la lidia de uno de sus toros, este sábado, en Córdoba. / Ramón Azañón

Lo más vibrante de la tarde

El tercero en liza de esta extraña composición, el rejoneador Diego Ventura, realizó lo más vibrante de la tarde en el cuarto de lidia ordinaria. Con un enorme despliegue de doma, encontró toro en todos los terrenos. Cabalgando a dos pistas remataba los trancos de las suertes por los adentros, con riesgo en los rejones de castigo y con las banderillas. Ventura parece una extensión del caballo, un auténtico centauro. Tanto es así que con este cuarto, un manejable animal de Los Espartales, le quitó la cabezada y el bocado al caballo y se dirigió al animal para clavarle en los mismos medios banderillas y cortas. A esas alturas el público saltaba de sus asientos. Tenía las dos orejas cortadas pero marró con el acero final y el premio se le esfumó. En el primero, con el también desarrolló una meritoria labor en los tres tercios, cortó una oreja gracias a un certero rejón. Le pidieron las dos orejas pero el presidente, con buen criterio, no la concedió.

La corrida del domingo

Este domingo, 19 de mayo, Morante de la puebla, que sustituye al lesionado José María Manzanares, Juan Ortega y Roca Rey completan un cartel que ha generado una enorme expectación entre los aficionados cordobeses. Morante, que no tuvo suerte este sábado, es uno de los grandes intérpretes del toreo y espera sacarse la espinita de su primer paseíllo. Juan Ortega está considerado uno de los diestros más artistas del escalafón actual y Roca Rey es la figura indiscutible del momento. Los toros serán de Domingo Hernández.

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