patrimonio

Así quedarán los Baños Árabes de San Pedro tras su recuperación

Urbanismo aprueba el anteproyecto de intervención en este espacio

Baños de San Pedro.

Baños de San Pedro. / A.J. GONZÁLEZ

Noelia Santos

Noelia Santos

El Consejo Rector de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Córdoba ha aprobado el anteproyecto de intervención en los Baños Árabes de San Pedro de Córdoba para su declaración como Edificio Singular, un paso más en el camino que culminará con la apertura al público de este espacio patrimonial. El objetivo es la consolidación, puesta en valor y adecuación para la visita pública de estos baños situados en la calle Carlos Rubio (números 8, 10 y 12), que datan del siglo XII. Se trata del procedimiento previo al de la tramitación de licencia urbanística, todo con la idea de que los Baños Árabes de San Pedro puedan ser un edificio visitable en el año 2024.

Quien ejecutará el proyecto de recuperación será la Junta de Andalucía, dueña del edificio desde 1992 y que ya ha llevado a cabo numerosos trabajos de excavaciones e investigación arqueológica con la idea de estos baños sean objeto de las visitas. El Gobierno autonómico ya ha presentado un anteproyecto en el que desgrana las actuaciones necesarias para recuperar el espacio y adaptarlo a las visitas. Ese anteproyecto ha contado con algunos reparos de Urbanismo en relación a ciertos elementos como, por ejemplo, una escalera que pretende instalarse y que la Gerencia ve incompatible con el nivel de conservación integral con el que cuenta la zona y con la propia puesta en valor que se persigue.

La historia de los Baños Árabes de San Pedro

Estos baños, localizados en la calle Carlos Rubio, en el barrio de San Pedro, ocupan 475 metros cuadrados divididos en dos áreas. El espacio se reparte en los números 8, 10 y 12 de la calle. El número 8 es ahora mismo un solar que resultó del derribo de una casa patio en el año 1993 y conserva infraestructuras de los baños. En los números 10 y 12 se hallan los restos del antiguo baño de origen almorávide bajo una gran cubierta de tipo industrial que cobijaba un taller de platería y que aún hoy protege el yacimiento de la intemperie.

El origen de estos baños se relaciona con la construcción en el siglo XII de una mezquita almorávide, en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia de San Pedro. La ubicación de un baño cercano a una mezquita responde a la necesidad de realizar las abluciones rituales previas a la oración. Estos espacios eran, además, un lugar de reunión y relación con un carácter lúdico y con una función higiénica, ambos aspectos tomados de la tradición romana. Recuerda la Junta en su anteproyecto que Córdoba contaba en época califal con centenares de baños, que fueron creciendo en número en siglos posteriores, algunos de los cuales conservan actualmente estructuras más o menos completas, como los de Santa María, de San Pedro, de la Pescadería además de los de Madinat al-Zahra y el Alcázar.

Los espacios del edificio

Los Baños Árabes de San Pedro se organizaban de la siguiente manera. Está el vestíbulo de acceso y vestuarios (Bayt al-Maslaj) con habitaciones de estancia, vestuarios y letrinas. La primera zona de uso habitual del baño era la sala fría (Bayt al-Barid), después estaba la sala templada (Bayt al-Wastani) y luego la sala caliente (Bayt al-Sajum), cada una tiene distintos niveles de conservación. También estaba la sala de la caldera (al-Burma), la propia caldera se desmontó en el siglo XVI para reparar la de los Baños de Santa María.

La crujía de dos plantas aneja a la calle que se conserva es consecuencia de las distintas reformas que se hicieron cuando los baños dejaron de usarse y sus espacios se transformaron en viviendas. También se hallaban la cocina y un pozo, así como aljibes, de los que se han documentado dos (uno de etapa islámica y otro de época bajomedieval cristiana).

Lo que la Junta pretende hacer

Con todo esto de base, la Junta ha presentado un esquema de cómo quiere recuperar el espacio. Ha dibujado un sistema de rampas y pasarelas, que constituyen en sí mismas el área informativa e interpretativa, permitiendo un gran espacio diáfano con protagonismo absoluto de las ruinas evitando construir edificación alguna más allá de esa prolongación de la crujía oriental hacia el norte. El espacio se dividirá en tres grandes espacios:

  • La crujía: en la planta baja se plantea la entrada con zaguán, taquilla, almacén, vestuarios y aseos de personal y de público. La parte existente se reserva para restos arqueológicos y salida del conjunto. En planta superior se instalará un espacio de información audiovisual sobre la entrada y una sala expositiva con balcón abierto al yacimiento.
  • Solar anexo: actualmente vacío, con restos arqueológicos superficiales, se establecerá un espacio de acogida que podría albergar otros posibles usos museográficos en el futuro, con integración de los vestigios. Este espacio queda definido por una gran rampa curva que conduce a la planta superior sobre los restos arqueológicos. En su recorrido permite asomarse a la sala de la caldera por encima del muro original.
  • Baños: se visitarán con recorridos en su interior en planta baja reproduciendo el recorrido original según el funcionamiento del baño. Se accederá en primer lugar a la sala fría mediante y luego se pasará a la templada, a la caliente y, por último, a la crujía de la Edad Moderna con salida a la calle.

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