Reportaje

Perros a salvo ante la oruga del pino

Las mascotas pueden perder parte de la lengua o incluso necesitar hospitalización en determinados casos de contacto con la procesionaria

A algunas personas les causa graves reacciones alérgicas estos insectos, debido a los 500.000 pelillos que tienen, parecidos a pequeñas flechas

Con el buen tiempo aparece la oruga procesionaria

RAMÓN AZAÑÓN

M.J. Raya

M.J. Raya

El cambio climático ha vuelto a adelantar este año la presencia de la oruga procesionaria en Córdoba, que desde febrero, como consecuencia del temprano calor que hizo es mes, pudo ya verse cerca de los numerosos pinos que hay en la provincia. La thaumetopea pitycampa, llamada también oruga del pino, y conocida por todos como procesionaria, en la primavera aprovecha para bajar de los pinos y deambular por parques, aceras y vías verdes, siempre en fila india, a modo de procesión (de ahí su nombre) para evitar ser comidas por los pájaros. Sin embargo, este insecto, que parece inofensivo, es capaz de provocar graves reacciones alérgicas en los humanos, que pueden ser muy graves e incluso mortales en el caso de las mascotas, simplemente por el contacto que puede producirse.

La veterinaria María Teresa Jiménez, vocal del Colegio de Veterinarios de Córdoba, indica que, como consecuencia de las lluvias que hubo en Semana Santa, las consultas por daños en mascotas, ocasionados por la oruga procesionaria, han disminuido con respecto a otros años por estas mismas fechas, al menos en la capital. En esa menor incidencia también ha influido, añade, que cada vez más los cuidadores se preocupan de que, por ejemplo, sus perros, no tengan contacto con estos insectos, porque se conocen más las consecuencias negativas que puede causar dicho contacto en las mascotas.

María Teresa Jiménez precisa que el contacto de la oruga con un perro puede ocasionar a la mascota desde una sintomatología leve, si el contacto es mínimo, que puede suponer un poco de inflamación, eritema o picor, pero en otros casos ha supuesto que el animal se tenga que quedar incluso ingresado y que no pueda tolerar la comida por vía oral, sino que haya habido que nutrirlo por sonda.

Qué hacer ante el contacto

"Cuando nos traen a la clínica a una mascota, porque refieren que ha tenido contacto con la oruga procesionaria, el animal suele llegar con mucho dolor en la boca, por lo que requerirá de una leve sedación para poder evaluar bien las mucosas y comprobar el estado de la lengua, para a continuación realizar una limpieza de la zona, quitar los restos de púas y poner la medicación pertinente. La medicación inicial que se administra, en primer lugar, es un corticoide por vía intravenosa, aunque en función de la sintomatología que presente también puede necesitar el animal protectores de la mucosa gástrica y analgesia. Además, en ocasiones, puede sufrir la mascota afectada un cuadro gastroentérico o, si el contacto ha sido muy grande, padecer úlceras a nivel de la mucosa esofágica", añade esta veterinaria.

"Cuando hacemos reconocimientos anuales a las mascotas, a veces, comprobamos que el perro ha tenido contacto con la oruga, porque ha perdido un trozo de lengua, lo cual no le impide hacer una vida normal, ya que los tutores de estos animales cada vez acuden más rápido a los servicios de urgencias y consultas veterinarias ante cualquier problema que pueda afectar al animal y se actúa de una forma mucho más rápida"., expone esta vocal del Colegio de Veterinarios.

La veterinaria María Teresa Jiménez, con un perro, en su clínica veterinaria.

La veterinaria María Teresa Jiménez, con un perro, en su clínica veterinaria. / CÓRDOBA

¿Por qué pueden ser peligrosas las orugas?

El peligro de estas orugas, y origen de la reacción alérgica que provocan, está en los cerca de 500.000 pelos especiales, parecidos a pequeñas flechas, de muy pequeño tamaño, que utilizan como defensa frente a los depredadores.

Esos pelillos contienen toxinas con una gran capacidad de provocar urticaria. Y se pueden desprender fácilmente, por lo que, al ser transportados por las corrientes de aire y viento, se convierten en un mayor riesgo de urticaria en personas y mascotas.

Tratamientos aéreos y terrestres para erradicar las larvas y gusanos

La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía lleva años realizando un plan de actuación para controlar la plaga de las orugas procesionarias, de forma especial en el parque de los Villares, en el caso de la capital, pero también en otros puntos diferentes de la provincia.

La campaña de tratamientos aéreos se terminó de desarrollar en diciembre, según la Junta de Andalucía, con cuatro aeronaves y un equipo humano sobre más de 28.000 hectáreas en las que el uso social del pinar es muy elevado. La mayor parte de ellas se concentraban en la provincia de Huelva (24.328 hectáreas), quedando el resto repartidas entre las provincias de Córdoba (3.311), Sevilla (3.229), Málaga (465) y Cádiz (228).

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