Pedro José Sánchez invita a participar del tiempo de Glorias

El Teatro Góngora de la capital acogió este sábado el pregón de las hermandades de Gloria en un acto protagonizado por el cofrade de la Archicofradía del Carmen de San Cayetano, Entrada Triufal y Caído, Pedro José Sánchez Reyes.

El pregonero, que fue introducido en el atril por el cofrade José Miguel Varona, comenzó su disertación con un alegato a la importancia de las hermandades de gloria reivindicando su trabajo durante todo el año. «Las glorias son todo el año, absolutamente todo el año, de silencioso trabajo, de preocupaciones y preparaciones, de atenciones a las parroquias, a los necesitados, a los demás. Ser de Gloria es una vocación de servicio, ser de Gloria es sostener la alegría, las devociones de siglos, la sigilosa labor de hacer sin hacer ruido, de llegar sin ser visto, para que lo que de verdad se vea solo y exclusivamente sea la Gloria; en definitiva, ser de Gloria es estar hecho o hecha de otra pasta», señaló.

A partir de ahí el pregonero fue desgranando un texto en prosa en el que fueron apareciendo cada una de las hermandades de Gloria de la ciudad, trazando un recorrido por el calendario de Glorias partiendo de la Pascua de Resurrección hasta el mes de febrero con la festividad de la Candelaria.

Para concluir, el pregonero invitó a los presentes a vivir «un tiempo de Glorias brillante, en una ciudad radiante, para que disfrutéis, riais, recéis y entreguéis vuestra alegría a los demás. Hermanos, hermanas: ¡Ya es tiempo de Glorias! ¡Vivan las Glorias!», concluyó.

En el mismo acto se presentó el cartel de las Glorias 2023, que en esta ocasión ha sido realizado por el pintor Rafael Laureano y que muestra, en técnica mixta, a modo de retablo, distintas imágenes de las Glorias.

El acto contó con la actuación de la banda de música de la Esperanza. La formación cordobesa interpretó Fuensanta coronada, de Abel Moreno; Aires de romería, de E. Díaz y J. Colodrero; Rey de Reyes, de M. San Miguel; y las Coplas a la Virgen del Carmen, de R. Wals y M. Arroyo. Esta última es la primera vez que se interpreta con coro y banda de música.