El simpecado de la hermandad del Rocío de Córdoba ha presidido en la Catedral la misa de la solemnidad de Pentecostés en el segundo año sin romería en la aldea almonteña.

El simpecado blanco y oro fue trasladado el día de antes de forma privada al primer templo de la diócesis participando en la noche del sábado en la vigilia celebrada en la Catedral.

Ya por la mañana, a las 12 del medio día, el simpecado de la hermandad de Córdoba recorría las naves catedralicias para ser entronizado en el altar mayor. Fue entonces cuando dio comienzo la eucaristía presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández.

En esta eucaristía se llevaron a cabo las confirmaciones de numerosos jóvenes del colegio de Nuestra Señora de las Mercedes y de Zalima.

Poco antes de concluir la ceremonia sonó el tambor y la flauta rociera en honor de la Virgen del Rocío. Finalmente, a la conclusión de la eucaristía, los numerosos hermanos de la corporación rociera allí presentes entonaron la Salve rociera, concluyendo con los característicos «vivas» a la Virgen del Rocío seguidos de un rotundo aplauso.

Tras la misa, las damas camaristas de la hermandad se encargarán de guardar el simpecado en su cajón para ser trasladado, de forma privada, al monasterio de las madres Jerónimas de Santa Marta, donde permanecerá hasta el próximo sábado, 29 de mayo. Ese día, a las 20.15 horas, el simpecado regresará de forma pública a su sede canónica en la iglesia de San Pablo.

El cortejo recorrerá el corto camino que va desde el monasterio de Santa Marta hasta la citada parroquia.