LA CRÓNICA

El fin de ciclo en el Córdoba CF: Javi, cómo lo sabes...

El Arcángel vive con desapego el adiós de sus iconos más recientes en el capítulo final de una historia de pérdidas

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz / Francisco González

Francisco Merino

Francisco Merino

Se va el Córdoba CF tal y como se ha conocido en los últimos tiempos, marcados por unos meses de sobredosis de triunfos que se convirtieron en el hilo argumental de una historia irreal, un discurso sostenido por una premisa perversa. Fíjense lo bueno que soy: resuelvo -o hago que lo parezca- los problemas que he creado. Lo que pasó en la etapa de la Segunda RFEF -la cuarta categoría, el escalón más bajo que jamás haya pisado la entidad en casi setenta años de vida- fue un paréntesis. 

Del "doblete" a la incertidumbre

El curso del «doblete» sirvió para realizar un gigantesco ejercicio de autoengaño colectivo, un pacto de piedad para evitar que el Córdoba se enquistara en el cieno de una división infame. Su mérito fue hacer lo que es debido. Todo el mundo lo sabía o debía saberlo. Algunos lo aprovecharon para construir, al calor de sus rapsodas oficiales, una imagen de éxito que engordaba su ego y su cuenta bancaria. Al final terminaron cayéndose las caretas porque el fútbol es así. La medicina en un lugar es veneno en otro. 

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz / Francisco González

En Córdoba van ya bastantes años en los que nadie es capaz de encontrar el reconstituyente. Nunca ha estado tantos años seguidos lejos del fútbol profesional en lo que va de siglo. El desafío pasa de mano en mano. Los actuales no pudieron. Les tocará a los siguientes. Los que no se mueven del sitio son los de siempre, los aficionados de la pasión infinita y las amplias tragaderas. 

Pobre Badajoz

La visita del Badajoz, el último partido de un campeonato lamentable y cuyas consecuencias aún no han sido calculadas -en lo económico sí, según desveló el anterior consejero delegado, Javier González Calvo, el día de su salida tras ser sustituido por Antonio Fernández Monterrubio- en toda su magnitud. El Córdoba CF lleva todo 2023 jugando a pérdidas. Perdió el liderato que mantuvo durante muchas jornadas y con él los sueños de ascenso directo. Perdió una plaza en la zona de play off para pelear por el salto en el mes de junio. Perdió también la séptima posición y el derecho a disputar -como viene haciendo desde hace un cuarto de siglo- la próxima Copa del Rey. Y perdió, finalmente, su más preciada posesión: El Arcángel, recinto conocido en los tiempos modernos como El Reino y en el que batió récords despachando con autoridad a una retahíla de adversarios inferiores. De los que se metieron en la batalla final por el ascenso no derrotó a ninguno. Es lo que hay.

Uno de los nuestros

Hubo siempre un tipo que dijo la verdad. Se llama Javi Flores, tiene 37 años y es el capitán del Córdoba CF, donde es el jugador en activo con más partidos jugados -superó los 250- defendiendo la blanquiverde. El contador parece haber concluido ya. Contra el Badajoz no salió en el once inicial. En su adiós no compareció con el brazalete de capitán, que lució Miguel De las Cuevas. El alicantino hizo un doblete y se marchó aplaudido y entre abrazos. A Flores le tocó ingresar a los 80 minutos, cuando el duelo ya languidecía. Su mirada lo decía todo. Hizo sus cositas y ahí terminó. Se quedó en el césped consolando a los rivales derrotados y descendidos. Él sabe bien lo que se siente en momentos así, tanto en el césped como en la grada.

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz

Las imágenes del Córdoba CF - Badajoz / Francisco González

Javi, que entró en el club con siete años, lo ha vivido absolutamente todo. Dieciocho años entre su primera aparición en el primer equipo (2005) y la última. Fue niño prodigio de la cantera, contribuyó a un ascenso a Segunda División, le echaron por un ERE cuando llegó a la propiedad Carlos González, se ganó las habichuelas en históricos de la zona levantina -Elche, Murcia, Hércules...- antes de volver a casa cuando le llamó Jesús León, entrando así en la amplia lista de profesionales víctimas de los desmanes del montoreño. Renunció a un contrato en Segunda en el Elche, se metió en Segunda B, descendió, se bajó el sueldo, se quedó en la categoría más horrorosa de todos los tiempos y siguió hasta ahora. 

Seguramente no es un líder al uso, de los que marcan tendencia en la caseta. Es un cordobés tranquilo, un padre de familia que del trabajo a casa y que hace todo lo que puede en las circunstancias que le tocan. Y que no pierde el tiempo vendiendo humo ni tomando por tontos a los cordobesistas. Porque él puede estar mejor o peor, pero es uno de los nuestros. Levantó una copa en El Arcángel -la Copa RFEF ante el Guijuelo- y dijo que esa escena jamás debía haberse producido. El Córdoba nunca tuvo que ser campeón de Segunda RFEF ni de la Copa RFEF porque nunca tenía que haber estado ahí. Hubo quien le miró mal dentro de los muros de El Arcángel por salirse del discurso oficial, cincelado sobre lemas grandilocuentes con desgastadas frases épicas y fotografías posando con las copas. Donde el Córdoba CF debería estar es, precisamente, donde no lo hará el curso que viene.

El último suspiro

Será ya sin Javi Flores, el chaval del barrio de Fátima que nunca se escondió en los días duros y que ha encarnado como ningún otro la esencia del cordobesista. Para bien o para mal. Desde los tiempos en los que en Preferencia estuvo colgada una pancarta legendaria -«Javi Flores, selección. Orgullo de Fátima»- hasta la hora del final, una tarde de mayo en plena Feria, con un estadio «invadido» por la afición del equipo adversario y el insufrible aroma de los sueños rotos flotando en el ambiente. «Peor ha sido para estos», decían los seguidores cordobesistas viendo como el Badajoz, un histórico, caía a Segunda RFEF. En el Córdoba respiran hondo. Se acabó.

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