FERIA TAURINA

Manzanares, Roca Rey y Rocío Romero salen a hombros en Pozoblanco

La corrida ha gozado de un excelente ambiente y casi lleno en los tendidos

Francisco Javier Domínguez

Francisco Javier Domínguez

Ficha del festejo

Ganado: seis toros de El Pilar, desiguales y escasos de presencia, algunos, como el tercero y el cuarto, anovillados. Escasos de fuerza y nobles, pero a muy menos en las faenas de muleta.

José María Manzanares: estocada (oreja) y estocada (oreja).

Andrés Roca Rey: estocada (oreja) y dos pinchazos y estocada (oreja).

Rocío Romero, que tomaba la alternativa: media estocada y aviso (oreja) y pinchazo y media estocada (oreja).

Incidencias: Coso de Los Llanos, corrida de la Feria de Las Mercedes. Casi lleno. Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Mateo Dueñas, conocido taurino pozoalbense, fallecido este año.

Los intereses se concilian. La expresión es del presidente de la plaza, Luis Gonzalo Blanco. Tras una discrepancia en el sorteo con las cuadrillas sobre el procedimiento, el presidente zanjó la polémica con esa frase: los intereses, buenos o malos, sean los que sean, se pueden conciliar. Y hoy, en Pozoblanco, se han conciliado. La plaza casi se ha llenado, se han cortado trofeos, Rocío Romero ha tomado la alternativa con triunfo, Manzanares y Roca han cumplido con su guion y la corrida ha servido lo suficiente como para que la gente lo haya pasado bien. Todo ello al modo de los festejos de provincias de hoy, con todo conciliado para que la cosa marche sin fatigas, en un espectáculo que es más fiesta y acontecimiento que verdad. Pero, ¿qué hacemos? Ya nos duele el alma de demandar, de pedir. La corrida de El Pilar ha sustituido a la anunciada de Daniel Ruiz. Pero ha pasado el reconocimiento a fuerza de presión de los taurinos y ha saltado al ruedo como una escalera de toros cada uno de su padre y de su madre, con el denominador común de la escasez de fuerzas y la nobleza bobalicona del medio toro a modo que piden los toreros billete grande.

Con los intereses conciliados, incluso con el beneplácito del tendido, la corrida ha discurrido por la senda de lo previsible. Y en este contexto, Roca Rey ha realizado lo más meritorio de la tarde con el quinto, el más toro de la corrida. Lucido con el capote, con ambición y calidad en quites por chicuelinas, el peruano solo ha tenido que enseñar la baraja para ganar la partida. Luego ha tirado de plan. Inicio por alto en el tercio, cuidando al animal. Por la derecha un par de tanditas y arrimón con parones, dejándose llegar al animal al máximo, tocando la taleguilla. Por aquí lo llevo, por aquí lo saco. Y el personal entregado. Ha pinchado la faena y ha cortado una oreja que si no… En el anterior, un novillo impresentable, ha tirado del mismo guion –sumando unas luquesinas- y tras una voltereta muy fea y angustiosa ha cortado otra oreja. El presidente ha aguantado el tirón y no le ha dado la segunda porque a veces tiene que haber alguien que vele por la conciliación de intereses real.

Rocío Romero, durante la faena.

Rocío Romero, durante la faena. / RAFA SÁNCHEZ

Manzanares se ha enfrentado a dos toros muy sosos, que han ido a menos y no ha podido más que pasarlos con decencia por ambos pitones, pero ha habido poca emoción pese a la pulcritud y al aseo estético. Y la tercera en liza, Rocío Romero, ha tirado de raza, de ganas y de compromiso y ha conseguido salir a hombros junto a las dos grandes figuras que le han otorgado el privilegio de ser la primera matadora de toros de la historia de Córdoba. En su primero, Rocío ha estado muy aseada, poniéndose siempre e intentando llevar largas las embestidas de su oponente, que tenía menos gas que una Mirinda. En el segundo, ha salido por largas cambiadas de rodillas y con tesón ha hilvanado series meritorias por ambos pitones ante el flojo de El Pilar.

Terminada la corrida, la terna ha salido a hombros. Al final, los intereses se han conciliado entre todos y la mejor conclusión es que el personal se ha ido feliz. O eso creemos. A estas alturas, qué más vamos a pedir.  

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