FESTEJO POR LA FERIA REAL

Arturo Gilio muestra sus cartas en Priego de Córdoba

David Galván y David de Miranda cortan dos orejas cada uno

Trasteo de rodillas del mexicano Arturo Gilio al primero de su lote, al que le cortó dos orejas, ayer, en el Coso de Las Canteras.

Trasteo de rodillas del mexicano Arturo Gilio al primero de su lote, al que le cortó dos orejas, ayer, en el Coso de Las Canteras. / R.C.C.

Rafael Cobo

Rafael Cobo

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Ganado: seis toros de Julio de la Puerta, de aceptable presentación, a excepción del anovillado tercero, y de juego desigual, destacando por su nobleza el lidiado en sexto lugar.

David Galván: media estocada y estocada (ovación tras aviso); y estocada (dos orejas).

David de Miranda: pinchazo y estocada (oreja); y estocada (oreja).

Arturo Gilio: estocada y un descabello (dos orejas); y estocada y un descabello (oreja tras dos avisos).

Plaza: Las Canteras (Priego) Menos de media entrada.

En su segundo festejo en nuestro país, el mexicano Arturo Gilio puso este martes en Priego todas las cartas sobre la mesa dejando claro que quiere ser figura del toreo.

Con un concepto muy del gusto del público actual, intercalando regalos a la galería con tandas cuajadas de temple, ligazón y mucho gusto, el azteca se convertía este martes en el triunfador del festejo celebrado con motivo de la Feria Real de la localidad de la Subbética, aplazado el pasado domingo debido al estado que presentaba el ruedo de Las Canteras tras las abundantes precipitaciones que se registraron el día 3.

David de Miranda torea al natural al segundo de la tarde.

David de Miranda torea al natural al segundo de la tarde. / R.C.C.

Con un buen uso del capote, gustándose en sus dos toros, tanto en los lances de recibo como en los quites, con la muleta, Gilio dio todo un recital, mostrándose en todo momento muy cómodo ante los dos bravos ejemplares de Julio de la Puerta a los que se enfrentó, con dos faenas de corte similar, aunque de mucho peso la que ejecutó al que cerraba plaza, un precioso jabonero, herrado con el número 62 y de nombre Cantador, al que incluso se le pidió el indulto de manera insistente por el público, no concedido por el palco presidencial, que, sin embargo, ninguneó al bravo ejemplar criado en La Valdivia una más que merecida vuelta al ruedo.

La naturalidad y la ligazón fueron el denominador común en la faena de Gilio a este último toro de la tarde, con varias tandas por el pitón derecho de mucha enjundia, echando en falta, por poner un pero, haberlo probado más con la zurda, ya que tras intentarlo por ese pitón, volvió con grandes series de derechazos hasta prácticamente recibir el primer aviso ante la antes comentada petición de indulto.

En su primero, tras un vibrante saludo capotero, inició la faena de muleta con un emocionante trasteo de rodillas, dejando en este caso varias tandas de naturales de muy bella factura, aunque como en el segundo de su lote, el grueso de su actuación descansó en series con la derecha.

Derechazo de David Galván al ejemplar que abría plaza.

Derechazo de David Galván al ejemplar que abría plaza. / R.C.C.

Junto al mexicano, que curiosamente era el único matador que se mantenía del cartel previsto inicialmente para el pasado domingo, este martes hicieron el paseíllo en Priego David Galván y David de Miranda, dos matadores muy del gusto de la afición, que entraron por la vía de la sustitución y que dejaron igualmente una muy grata impresión.

En el caso de Galván, no tuvo suerte con su lote, tirando de recursos ante los dos ejemplares que lidió, mostrándose muy solvente cuando toreó con la zurda al segundo de su lote, dejando algunos naturales de muy bella y preciosista ejecución.

Por su parte, David de Miranda, que sufrió una contusión en la cara interna del muslo izquierdo durante la lidia del segundo de la tarde mientras realizaba un quite, dejó constancia de su buen hacer en sus dos ejemplares, el primero de su lote con un manifiesto peligro que no terminaba de pasar con la muleta, realizando en el quinto de la tarde una faena de más a menos, que arrancaba con unos ajustadísimos pases cambiados por la espalda y que se fue diluyendo poco a poco.