A un gran corazón

No estás solo papaíto/ tenlo claro y recuerda/ que mi corazón está/ de tu alma siempre cerca. Todo lo hacías bien papá/ tu pintura es obra maestra/siempre destacabas en todo/ imitarte quien pudiera/ pues no dejabas de trabajar/ y seguías yendo a la escuela/ nunca querías descansar/ eres mi ejemplo de veras.

Buenas notas tú sacaste/ mientras tuno también eras/ número uno en Medicina/ cum laude en la carrera/ que hasta sabías escribir/ a dos manos con destreza/ sin cometer errores/ y escribiendo a la ligera.

Observar el cielo te gustaba/ buen astrónomo tú eras/ te sabías de maravilla/ el nombre de las estrellas/ siempre mencionando Andrómeda/ como una de las más bellas.

Y no digamos la guitarra/ cómo la tocabas colega/ con ese arte que tenías/ parece que tuya fuera/ que acompañada del cante/ se convertía hasta en flamenca.

Generoso hasta la médula/ no se te escapaba nadie/ sin parar de ayudar/ dando vista o hasta potaje.

Y enseñabas a pintar/ a los presos en la cárcel/ nunca te importó el color/ ni por supuesto el linaje/ ayudabas a salir/ de la droga, con coraje.

Y a los nietos los tenías/ entretenidos con tu arte/ siempre inventando cosas/ Incluso teatros y doblajes,

Que ingenioso eras papá/ y que sabiduría más grande./ Te admiro por tu persona/ te alabo por tu alma buena/ te anhelo tanto papá/ que hasta la tierra tiembla/ y hoy no dejo de expresar/ cuánto te quiero de veras.

Con cariño, tu hija.

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