Opinión | Paso a paso

Crepúsculo alado

«Así, el mochuelo, símbolo de nuestra propia vulnerabilidad, se convirtió en el protagonista de una fábula moderna, en la que cada acto de compasión dibuja un camino de luz en la oscuridad»

Bajo el manto crepuscular de Córdoba, al caer el sol en un susurro dorado, mis pasos y los de mi perro se entretejían con la historia milenaria que respiran los Jardines de la Merced, en Plaza Colón. La noche, en su mística serenidad, comenzaba a bordar con hilos de plata el cielo, convirtiendo cada momento en un verso del poema eterno de la creación. Fue entonces cuando, arrancados de nuestro ensueño por un giro inesperado del destino, nos encontramos ante un conclave de almas reunidas alrededor de un pequeño ser. Un mochuelo, mensajero de secretos nocturnos, había descendido, no por elección, desde su morada en uno de esos árboles centenarios que custodian los sueños y las leyendas de la ciudad. Su caída, un silente llamado a la compasión, unía a los presentes en un lazo invisible de fraternidad y cuidado. Movidos por un instinto primigenio de salvaguarda hacia lo vulnerable, decidimos actuar. Alguien, con la voz impregnada de urgencia y esperanza, convocó a los guardianes del orden, quienes, transformados en ángeles custodios de este relato, acudieron prestos. Con reverencia, se comprometieron a llevar al mochuelo al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas de Los Villares, donde le aguardaba una promesa de sanación y libertad. Este encuentro, inscrito en el corazón de una noche cordobesa, erige un testimonio de la bondad intrínseca al alma humana. Nos recuerda que, en el acto de extender una mano hacia quien ha caído, en el gesto de proteger la fragilidad, reside la esencia de nuestra grandeza. Así, el mochuelo, símbolo de nuestra propia vulnerabilidad, se convirtió en el protagonista de una fábula moderna, en la que cada acto de compasión dibuja un camino de luz en la oscuridad, enseñándonos que en el corazón de la noche más profunda, siempre hay una chispa esperando ser encendida por el espíritu humano.

*Mediador y coach

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