Opinión | economía con toque

Ahorradores vs deudores

El sistema lleva penalizando el ahorro desde que el BCE decidió que el dinero no valía nada

Como se sabe, desde julio del año 2022, el Banco Central Europeo (BCE) está subiendo los tipos de interés oficiales para intentar disminuir la inflación reduciendo el gasto (parte del consumo e inversión realizada mediante préstamos). Primero se subieron 75 o 50 puntos básicos y a partir de marzo de 2023 las alzas se aligeraron a 25 puntos básicos, hasta llegar, en septiembre de este mismo año, al 4,5% para las operaciones de financiación (el tipo que tienen que pagar los bancos cuando piden prestado dinero al BCE) y al 4% en la facilidad de depósito (el tipo que reciben los bancos cuando dejan su dinero depositado en el BCE). Ahora, el BCE, con su presidenta Christine Lagarde a la cabeza, parece que ha decidido no seguir subiendo los tipos, aunque sí los mantendrá a los niveles actuales para intentar volver a bajar la inflación al 2%. Esta no subida de tipos parece responder a esto precisamente, a la moderación de la inflación en la zona euro, que se ha situado en el 4,3% en septiembre, mientras que en España ha bajado hasta el 3,3%. Obviamente, esto es una gran noticia, sobre todo, si consideramos que en septiembre pasado esta tasa de variación interanual estaba en el 9,9% en la zona euro y en el 9% en España. Ahora bien, si en el artículo previo veíamos cómo la inflación (junto con el estancamiento de los salarios) había afectado al poder adquisitivo, la cuestión hoy es cómo estos tipos de interés han afectado a los ahorradores y deudores.

La relación entre ambos grupos es complementaria y opuesta al mismo tiempo. El dinero que tenemos ahorrado en los bancos supone la mecha para poder dar préstamos a quien los necesite, préstamos que facilitan el adelantar una decisión de consumo o inversión. Como ahorrador, lo que interesa son tipos altos para que mi dinero valga algo, como deudor me interesa que me cobren lo menos posible por el dinero que pido prestado. Normalmente, suele haber un equilibrio en el sentido de que los bancos cobran unos tipos de interés por prestar dinero algo superiores a los que paga por captar dinero, siendo este su margen de ganancia, pero eso parece haberse roto en España.

Según datos del Banco de España, el tipo de interés (denominado sintético) al que los bancos prestaron dinero a las familias y empresas no financieras en agosto fue del 5,43% en media, mientras que el que abonaban en depósitos fue del 0,48%, ambos excluyendo todas las comisiones y gastos. Si se consideran solo las hipotecas, este tipo medio fue de 3,84% (incluyendo hipotecas a tipo fijo y variable) en agosto de este año. Es de esperar que quien tenga una hipoteca a tipo variable, en España 3,7 millones de los 5 millones que hay aproximadamente, su cuota suba si han de revisarla a partir de octubre. Esto se debe a que, aunque no hayan subido los tipos oficiales del BCE, el Euribor de septiembre sí lo hizo y se sitúo en un 4,14%, su mayor cifra desde 2008, y es de esperar que se mantenga en torno a dicha cifra. Así, una hipoteca de 150.000 euros a 35 años con un tipo del 1% + Euribor con referencia en septiembre, puede encarecerse unos 230 euros. Este encarecimiento se ha trasladado de forma más fuerte aún a los préstamos personales o al comercio, que, si bien suelen darse a tipos fijos, estos ya andan en media alrededor del 8,24%.

Mientras que la contraparte no deja de ser también desalentadora. El sistema lleva penalizando el ahorro desde que el BCE decidió que el dinero no valía nada, y en España se sigue con esa senda. Con estos tipos hipotecarios y comerciales era de esperar que los tipos de remuneración de los plazos fijos (depósitos sin riesgo que son los instrumentos utilizados masivamente por los españoles para ahorrar) a 12 meses pudieran rondar casi el 4%, excluyendo comisiones y gastos, pero lejos de eso se sitúan en media en un 2,3%. Esto no ocurre en Italia o Portugal, donde ya sí rondan ese 4%. Esto hace que lo interesante sea irse a letras del tesoro que están dando alrededor del 3,7-3,8% o a estos bancos extranjeros, que suelen tener presencia en España, o si no normalmente puedes abrir una cuenta ‘on line’, considerando siempre que al ser de la zona euro tienen las mismas garantías que uno español. Pero, claro, la pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué la mayoría de los bancos españoles no están ofreciendo esos tipos a sus clientes?, ¿por qué se resisten a premiar el ahorro? La respuesta más sencilla podría ser la más acertada: ¿márgenes de beneficio?

* Profesora de Economía Universidad de Córdoba

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