Opinión | ECONOMÍA CON TOQUE

¿Ya no importa la pobreza?

Mi pronóstico para el 2024 es que vamos a tener un futuro próximo muy oscuro, al menos, en España

Que el año 2023 no ha acabado bien, creo que lo puede ver cualquiera con un mínimo de raciocinio, aunque de eso en España haya cada vez menos en cuanto a temas políticos. Y no me refiero ya a la muy mala situación económica que tenemos, al desastre político en todos los aspectos, ni a los acuciantes problemas sociales, sino al hecho de que parece que nada importa si lo hacen los partidos políticos a los que uno es afín y, por tanto, las consecuencias de lo que hacen aún parecen importar menos. Mi pronóstico para el 2024 es que vamos a tener un futuro próximo muy oscuro, al menos, en España, pero que como dicho futuro lo está labrando la mal llamada izquierda pues que todo está bien, aunque obvia y claramente no lo esté. Algo así parece suceder con la pobreza, nuestro país desciende precipitadamente en todos los rankings de riqueza, renta o bienestar y asciende o se mantiene en todos los rankings de pobreza, algo que en general parece no importar. No obstante, mis alumnos/as tuvieron que elegir un tema libre de economía para realizar una exposición, y me sorprendió como el 90% eligió temáticas vinculadas con la situación de pobreza, de modo que, puede existir aún algo de esperanza, y por ellos voy a hacer un pequeño recordatorio de cómo estamos.

Si miramos los datos de Eurostat, sobre personas en riesgo de pobreza o exclusión social, España en el año 2022 se sitúa en cuarta posición con una tasa del 26% de la población en esta situación. Solamente nos superan Rumanía, Bulgaria y Grecia. Chequia es el país de la UE con una menor tasa, 11,8%, aunque si algunos piensan que este país nos pilla lejos, podemos mirar a nuestro vecino Portugal, que tiene seis puntos menos que nosotros. Además, nuestra tasa se ha mantenido relativamente constante desde 2018. Por sexo, salimos perdiendo las de siempre. 22,9% de tasa de pobreza para los hombres y 26,3% para las mujeres. Si miramos la denominada pobreza infantil (menores de seis años), la cosa asusta aún más. España se sitúa la tercera, ascendemos un puesto, detrás de Rumanía y Bulgaria con un 31,3%, aumentando 3 puntos porcentuales desde el año 2018. Cifras que se mantienen si observamos a los menores de 16 años, con un 32,2% de tasa y un aumento de 2,7 puntos porcentuales. Estamos hablando de más de 2 millones de menores. Esto es un reflejo o está muy conectado, con que las personas solteras con hijos sean las que sufren mayor riesgo de pobreza, en relación con el tipo de hogar, con una tasa de 26,8% (aquí estamos quintos).

Pero lo muy grave es nuestro desempleo, como siempre, y por mucho que se maquillen las cifras. Un 61,9% de las personas desempleadas están en riesgo de pobreza. En países como Alemania, es cierto, que es de un 83% por el sistema de prestaciones por desempleo que tienen, pero es que Alemania tiene una tasa de desempleo de 3%, y España con sus cifras bien maquilladas del 13%, aunque ya saben que hay economistas afirmando que rondamos el 15% sin maquillaje. Este maquillaje también se difumina cuando vemos esta tasa para las personas que están trabajando, al ser del 13,5% (13,4% en 2018). Y nuestros mayores, sufren 4 puntos porcentuales más que aquellos trabajando, aunque en este caso lo curioso es que la tasa de hombres y mujeres jubilados es la misma. Al meter la variable de nivel de estudios, vemos que las personas con educación primaria o menos tienen una tasa de riesgo de pobreza de 33,7%, con educación secundaria de 25,4% y con educación secundaria de 14,1%. Vamos que ser universitario no garantiza una mínima renta para vivir dignamente.

Con este panorama, el Gobierno se vanagloria de tener 2,15 millones de preceptores que solo cuentan con el ingreso mínimo vital para vivir (se vanaglorian de generar pobres), de haber gastado 3.300 millones de euros de los fondos europeos que debían ser destinados a dinamizar nuestra economía en organismo públicos en lugar de en autónomos y empresas, de que Lituania o Eslovenia tenga ya más PIB per cápita que nosotros, de haber hecho desaparecer unos 600.000 autónomos desde la pandemia, de llamar ricos a aquellos que ganan más de 25.400 euros año, de tener una deuda pública sobre PIB del 111% y seguir gastando a manos llenas, de que el precio de la vivienda se sitúe en media en 1.397,1 €/m2...

La pobreza es solo un reflejo, un síntoma, de que hay muchas cosas que no están bien en nuestra economía, y desde luego el exagerado intervencionismo estatal y las políticas del Gobierno actual no han mejorado nada de nada de nada.

Suscríbete para seguir leyendo