Opinión | tribuna abierta

Individualismo

El exceso de individualismo lleva al aislamiento, a la soledad, excelente caldo de cultivo para producir malestar y problemas mentales

Mi amiga Tere es maestra de Educación Infantil desde hace unos treinta años. Ha visto pasar en su trabajo a tantos niños con sus padres que, para los amigos que la queremos y admiramos (las dos cosas resultan inevitables cuando la conoces) es una fuente de información sociológica. Hace unos días, le pregunté si había notado diferencias en las actitudes de los padres desde que empezó a trabajar hasta ahora. Contestó con rapidez que sí: «Ahora son mucho más individualistas, se centran en el interés de su hijo o de su hija en concreto, sin ir más allá. Y esta actitud se transmite a sus hijos, que asumen el mismo individualismo. Les cuesta más compartir y cooperar entre ellos».

Que los padres focalicen su visión en sus hijos por encima de los demás niños es algo natural y quizá, con la actual predominancia de hijos únicos, sea aún más patente, pero ¿tanto como para que una maestra observadora y con experiencia vea en ello una de las principales características de las actitudes y del comportamiento parental de los últimos años? ¿El neoliberalismo ha llegado a las aulas de Educación Infantil? ¿Cuándo empezó todo?

A veces, parece que las palabras señalen el cambio. Ocurre cuando algunas empiezan a ser utilizadas con mucha más frecuencia y, como si adquirieran una vida propia, se desprenden de parte del antiguo significado y este se transforma en otro más o menos distinto. En los años noventa se extendió el término autoestima. Muchas personas, sobre todo jóvenes, pedían ayuda por considerar que estaban faltos de ella: «Lo que me pasa es que tengo poca autoestima», «me he quedado sin autoestima, por eso estoy así, ¿cómo la puedo recuperar?». Casi nunca lograban definir con claridad a qué se referían --inseguridad, inaceptación, rechazo de uno mismo--, parecía que esperaban algo que les había sido arrebatado o habían perdido en el camino y esa pérdida les situaba en una posición de vulnerabilidad dentro de su entorno. Nunca se verbalizaba el concepto de autoestima como algo cuya presencia o ausencia podía tener una parte colectiva, ser fruto de unas circunstancias que afectaran a sectores del grupo al que se pertenecía.

En su ayuda vinieron otros términos. El politólogo Víctor Lapuente habla de empoderamiento y, sobre todo, de like, gracias a las redes sociales. Parece como si el malestar que se traducía en una falta de autoestima pudiera resolverse con un empoderamiento que se ve reflejado y potenciado por los likes que se obtengan de la exhibición, de los posados en las redes sociales. Autoestima, empoderamiento, likes... Todos reflejan algo necesario: ser queridos, reconocidos por el entorno y aceptarnos a nosotros mismos. Lo que cambia es que su uso es tan extremo y excluye a otras vías de lograr seguridad que conduce a un incremento del narcisismo, o de la admiración por él, hasta límites peligrosos. Y este tipo de narcisismo sitúa al que lo ostenta en una posición tan asimétrica frente a los demás que impide la cooperación, la ayuda mutua.

Además, el exceso de individualismo lleva al aislamiento, a la soledad, excelente caldo de cultivo para producir malestar y problemas mentales. Y, a su vez, el malestar mental hace que nos repleguemos en nosotros mismos, que «nos metamos en sí», como se dice en esta tierra. De hecho, cuando alguien que sufre depresión u otro trastorno mental mejora, coincide con un cambio de actitud que le hace mirar al exterior, a los otros, salir de sí mismo. Como especie avanzamos gracias a la cooperación, al desarrollo del lenguaje, que nos permitió inventar e intercambiar historias, las narrativas que denomina Y.N. Harari, con las que pudimos reflexionar y crear objetivos hacia los que dirigirnos.

El hilo que lleva del individualismo al narcisismo es muy corto. No es un buen amarre, nos debilita. ¿Que pasará con los alumnos de Tere en unos años si su principal objetivo en la vida es llenarse de eso que llaman autoestima, empoderarse hasta estallar de narcisismo y no ver en el otro nada más que la señal de su like, si es que tienen la suerte de obtenerlo? Sobre todo, sin cooperación ¿cómo vamos a hacer frente a problemas que trascienden lo individual?

* Psiquiatra

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