Opinión | LA CAFETERA DE ASPASIA

Héctor

Una de las figuras míticas más valientes de la ‘Ilíada’ de Homero es el troyano Héctor. Era hijo primogénito del rey Príamo y de la reina Hécuba, y pocos como él representan con tanta claridad en la mitología griega la capacidad para defender a los tuyos, la fortaleza o la enorme magnitud de resistencia frente a las adversidades. Los héroes nacen con esa capacidad de lucha por lo colectivo. Son uno y son todos.

Es posible que cada uno de nosotros llevemos un Héctor dentro, y te toque afrontar alguna lucha, aunque tú no seas partidaria de guerras ni conflictos, como no lo era él de las batallas entre griegos y troyanos, a pesar de ser uno de los guerreros más eficaces de la literatura. Pero, como digo, en ocasiones, el conflicto viene a ti.

En el ámbito cultural no tendríamos más que ver lo que ha pasado estos días con la censura -medio censura, torpeza o estrechez mental- que ha llevado a una corriente política a censurar una obra literaria como ‘Orlando’ o la película ‘Lightyear’.

Lo primero que sientes es pena: alguien que censura ‘Orlando’, no la ha leído. Ni esta, ni ninguna otra publicación de Virginia Woolf (novelas, diarios...). O, ahora que lo pienso, a lo peor no ha leído nada. Algo me dice que la población de Valdemorillo, donde se ha producido este episodio, no se merece este hecho. Tampoco los habitantes de Santa Cruz de Bezana, donde ha desaparecido de la programación la película ‘Lightyear’ (de la saga Toy Story), producida por Pixar y Disney (atención a los revolucionarios), donde se ve un castísimo beso-saludo entre dos mujeres adultas. ¿Pero estamos locos?

Encima, tu torpeza le hace la campaña a tus oponentes políticos. Ante la dificultad de gobernar con madurez, con respeto, creando empleo, instalaciones, o riqueza para tus ciudadanos, estas acciones facilonas de ideario e identidad deben ser bastante fáciles de ejecutar. No vigilemos el acceso de menores a todo tipo de información, no mejoremos sus recursos educativos, cuánta violencia explícita consumen por distintos medios... No, quitemos ‘Lightyear’ del cine.

Los partidos democráticos se deben a la constitución y a la Declaración de Derechos Humanos. Hacen falta muchos y muchas Héctor en este mundo. Bienvenidos sean tod@s, ya sean hijos de Príamo y Hécuba, de Alejandro e Irene... o como se llamen sus padres.

* Artista y profesora de la Universidad de Sevilla

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