Opinión | EL ARTÍCULO DEL DÍA

Preguntas y respuestas

Lo desconocido atrae y la posibilidad de encontrar algo nuevo que ayude, bastante más

Es habitual que el hombre se pregunte de dónde viene y hacia dónde va. La vida es una tremenda oportunidad y un enorme misterio, quizás por eso la curiosidad sea un comportamiento instintivo natural. Lo desconocido atrae y la posibilidad de encontrar algo nuevo que ayude, bastante más. La lista de individuos que indagan sería casi infinita. Seguramente tantos como seres humanos, aunque la mayor parte de nosotros pasamos desapercibidos. Buscadores famosos fueron Hipatia de Alejandría, Platón, Cristóbal Colón, Leonardo da Vinci, Miguel de Cervantes, Clara Campoamor, Marie Curie, Albert Einstein, Miguel Ángel, Pablo Picasso, William Shakespeare, Irene Vallejo y tantos y tantas, otros y otras. No he conocido a ninguno de ellos, pero no arriesgo al opinar que fueron personas preguntonas, indagadoras y observadoras, adornadas con la aureola de la incertidumbre, ya que buscar no significa encontrar.

Las respuestas, en general, impregnadas de los matices y peculiaridades que cada cuestión conlleva, son complejas por mucho que políticos, pensadores de poca monta y charlatanes de todo tipo se afanen en simplificarlas. Son tan complicadas que necesitamos a todas las ciencias y a todas las humanidades para aproximarnos al entorno de una verdad. Exceptuamos aquí, claro está, a los dogmáticos y a las dogmáticas, poseedores de una verdad que pretenden coronar como universal, auténticos lumbreras del pensamiento único y de la polarización. Creo que, por coherencia, nadie puede ser localista y cósmico a la vez sobre el mismo asunto, aunque en el panorama político actual español existan camaleones políticos que se disfrazan de gallo, tiburón y coyote ¡a la vez!, dependiendo si están en un corral, en el océano o en el desierto, lo cual recuerda más a un carnaval que a un adecuado proceder en la res pública. Paradójicamente, las respuestas más cortas, sí o no, son las más complejas, las más comprometidas y las que mayores repercusiones encierran. También son las que mejor entiende la ciudadanía.

La pintura da respuestas con los cuadros y el cine con sus películas; por las obras reconocemos a los cristianos y a la escritora por sus libros; los maestros con sus notas se definen, ya sean números, letras o un par de frases que valoran. En los pacientes se concentran las respuestas de los médicos y en carreteras, canales y puentes, las de las ingenieras. Las noticias que se eligen son las réplicas que los medios publican para explicar su realidad y que terminan por situarlos; el dictador tiene como virtud la intransigencia y unas normas arbitrarias y rígidas; el cocinero responde por sus guisos y la investigadora, por la constancia y sus logros. Para el demócrata dejo la transparencia, el respeto por la ciudadanía -sean sus votantes o no-, su espíritu de servicio, la capacidad para llegar a acuerdos y su disposición de renunciar al poder, y al boato, ante determinadas circunstancias. También su capacidad de autocrítica, rectificación y las bases éticas de sus acciones.

Ante preguntas, las numerosas respuestas que damos a diario definen nuestra personalidad, nuestros valores y nuestros defectos. Son fotografías, ecografías, radiografías, TACs y resonancias magnéticas de nuestras inquietudes, opiniones, preocupaciones, sentimientos y posibilidades. Es por esto que no podemos consentir que haya personas que respondan en nuestro lugar usurpando un espacio que no les pertenece. Nuestras respuestas son nuestras.

En cualquier caso, los humanos nos seguiremos preguntando ya que, por un lado, se mantienen eternos enigmas y por otro, cada día surgen situaciones nuevas de las que emanan insólitas dudas e inesperados interrogantes. Como nadie tiene respuestas absolutas, parece buena cosa escuchar las respuestas de otros y compartir el escenario del puzzle que conforma el tablero de preguntas y respuestas.

*Profesor jubilado 

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