Es fácil enamorarse de Andalucía, primero por su gente, su arte, pero también por sus vistas, sus campos de olivos, sus fachadas blancas reflejando el sol, sus estrechas callejuelas, su legado Andalusí y otras tantas razones. Todas las anteriores, más aquellas que no nombramos, se reúnen en los lugares que aquí os presentamos. No es fácil escoger enclaves andaluces en los que perderse, porque los escogeríamos todos, pero aquí os mostramos una selección representativa de lo que os espera en Andalucía este verano.
Zuheros (Córdoba)
Su casco histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ya podría ser suficiente reclamo, pero destaca también por ser la entrada a la espectacular Cueva de los Murciélagos. Situado en la Sierra Subbética cordobesa, merece la pena perderse por el conjunto de Zuheros precedido de un mar de olivos.
Ayamonte (Huelva)
La fama es merecida por su historia y se explica también en su ubicación fronteriza con Portugal. Su desembocadura del río Guadiana, sus iglesias y templos, sus dos playas de Isla Canela y Punta del Moral maravillan a sus visitantes. Sus atardeceres arrojan una luz que recorre todos sus rincones, es por ello que se la llama 'ciudad de la luz'. Es además excelente destino para los amantes del turismo gastronómico, destacando sus mariscos, chocos y el pescado variado, su atún y sus arroces. En Ayamonte presumen además de la mejor mojama del país.
Frigiliana (Málaga)
Situada en la comarca de la Axarquía, junto al parque natural de las Sierras de Almijara. Declarado Conjunto Histórico Artístico, es considerado no solo uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, sino también de España. Su centro histórico árabe es, además, uno de los mejor conservados del país. Las casas blancas superponen haciendo del propio pueblo un mirador hacia el Mediterráneo.
Setenil de las Bodegas (Cádiz)
Un imprescindible en la Ruta de los Pueblos Blancos. Su entramado urbano está declarado Conjunto Histórico . El pueblo se sitúa en un cañón horadado por el río Guadalporcún, en el que las casas han quedado enclavadas en la roca. Su entramado de calles blancas contrasta con los colores de la piedra que las acoge, generando una magnífica imagen.
Cazorla (Jaén)
Las maravillas del Parque Natural de la Sierra de Cazorla se acompañan de su hermoso casco histórico. El Castillo de Yedra, de la época bereber, compite en protagonismo con la renacentista Iglesia de Santa María. Las variadas ofertas de senderismo constituyen otro de sus grandes atractivos.
Pampaneira (Granada)
La localidad está situada en pleno barranco de Poqueira, en plena Alpujarra granadina. Su conjunto de casitas blancas dispuestas en forma escalonada, sus tinaos y sus terraos, sus angostas callejuelas con sus balcones llenos de plantas. Todos estos elementos son típicos de muchos pueblos de La Alpujarra. Además de perderse por sus calles, hay que descubrir su artesanía y orfebrería.
Mojácar (Almería)
Si bien ha venido un destino popular de ocio nocturno, Mojácar tiene mucho más que ofrecer gracias a una ubicación excepcional en la última estribación de la Sierra de Cabrera y acotada por la costa mediterránea. Sus calles trepan colina arriba y nos ofrecen una paz que contrasta con el trasiego de sus playas.
