No siempre habrá un penalti a favor, un portero rival que se caiga en el momento clave del partido ni un Yeclano que dé un paso atrás cuando manda por 2-0 y controla los resortes del encuentro. El Córdoba CF de Enrique Martín volvió a salvarse de la derrota el pasado domingo, en La Constitución de Yecla, pero nuevamente no dio la sensación de controlar casi ninguna esfera del juego. Ni del suyo ni del rival.

El planteamiento de Enrique Martín pecó de un exceso de conservadurismo. El propio técnico navarro lo reconoció al término del choque, finalizado con empate a dos, cuando aseguró que «igual me he equivocado en el planteamiento, que era ir aguantando y madurando el partido para ir a por ellos en la segunda parte». Para cuando Martín decidió sacar al campo la artillería y a los jugones, su equipo perdía por dos goles y no daba la sensación de poder recuperarse del mazazo. Eso sí, volvió a sacar fuerzas de flaqueza y amarró un punto con el que casi nadie contaba en el coqueto estadio murciano.

La propuesta del Córdoba CF en Yecla pasó por tres centrales, uno de ellos debutante, Xavi Molina, cuya misión era encorsetar a Iker, el espigado (1,96 metros) ariete del Yeclano. Ángel Moreno y Fernando Román completaban el eje de la zaga con Chus Herrero actuando de líbero, más que de pivote. Porque era el cinco cuando su equipo atacaba pero se incluía en la defensa cuando el Yeclano mandaba balones en largo o centros laterales al área blanquiverde.

Es cierto que Xavi Molina secó a Iker y logró que su tanque apenas inquietase. Pero tal vez el rival no tenía el poderío ofensivo suficiente para disponer un sistema tan defensivo y olvidarse tanto de crear juego. El plan funcionó durante 41 minutos en los que pasaron pocas cosas en ambas áreas. Pero entonces Fenoll, de los más activos en el ataque del Yeclano, filtró un pase por dentro -con cuatro centrales, pero había un hueco inmenso en el borde del área cordobesista- a Álex Vaquero, que tuvo tiempo de controlar dentro del área y fusilar a Isaac Becerra, que llegaba al encuentro con 269 minutos sin encajar un gol.

El edificio blanquiverde se desmoronó aún más con el segundo gol del Yeclano, obra de Íñigo tras una serie de errores en cadena de la defensa visitante. Fue entonces cuando Enrique Martín optó por añadir a la salida de Javi Flores la inclusión de Antonio Moyano y Gabriel Novaes. El Córdoba CF pasó de una defensa de casi seis hombres a una de cuatro, con Imanol, Flores y Moyano en la media y tres delanteros, Owusu, Novaes y Ortuño.

El partido cambió completamente de tercio. Javi Flores se echó al equipo a sus espaldas y logró que el balón fuese, por fin, blanquiverde. Combinó bien con Fernández por la derecha y con Antonio Moyano por la izquierda. Comenzó con un buen pase al lateral cordobés en el centro que llevó al 2-1, un cabezazo de Novaes. El brasileño debutaba con un tanto menos de 10 minutos después de salir al campo. Continuó el de Fátima con una falta sacada magistralmente para el remate de Xavi Molina que significó el 2-2, con la ayuda del resbalón del portero Serna. Y finalizó con un gran pase en profundidad a Moyano, ya en el descuento, que podría haber acabado en el gol de la victoria si el chaval hubiera encontrado al rematador adecuado en el área pequeña. El Córdoba CF demostró realmente el poderío que puede atesorar cuando jugó sin miedo, desplegó a sus jugadores con más técnica y se olvidó un poco del rival. Cuando necesitaba los goles y los encontró a base de dominio de la pelota y búsqueda de las cosquillas de la zaga rival. Antes, trató de bloquear al Yeclano proponiendo una zaga que actuó por acumulación y se olvidó de pasar del centro del campo. Al final, logró un punto que supo a más dado el devenir del partido pero que parece poco para la reacción vista en la última media hora. ¿Y si Enrique Martín hubiera sacado a Javi Flores al inicio del choque?