La piedra se hace árbol, nube o agua, en su poesía lumínica. El amor forma el tejido azul de lo que escribe. En Fragmentos de luz, su voz poética remueve pasos y hojas del ayer. «Flores en el alma abierta/de las calles que transitan/los recuerdos», dice Pilar en unos versos de su libro surcado por un hilo de ternura. Nos habla de silencios de su abuelo y del gorrión Corinto, un pajarillo con alas de oro que voló en septiembre de su morada.

En Fragmentos de luz, el libro cálido e iridiscente de Pilar Muñoz, recién nacido en la editorial CatorceBis, la poesía abre veredas que conducen a los veranos de la adolescencia: «Solíamos desafiar a la noche/salpicando de risas las calles». La luz nos mece en las hojas casi ocres de la melancolía juvenil que cada verso de Pilar derrama con sublime elegancia en nuestro ánimo. La oscuridad no cabe en sus palabras. Su voz poética es pura y esencial.