El sector de la joyería cordobesa se encuentra "muy alarmado", según reconoció ayer el presidente de la Asociación Provincial de Joyeros, Manuel Berral. El motivo: desde julio acumula su peor estadística de robos. Después del último asalto a las instalaciones de un fabricante en el polígono del Granadal, de donde una banda de ladrones se llevó el pasado fin de semana un cuantioso botín en oro, plata y piedras finas tras reventar la cámara acorazada, la joyería cordobesa suma ya diez robos --entre consumados y frustrados-- en tan solo cinco meses. Sin duda, "la peor" secuencia de asaltos padecida por el sector, aseguró ayer el responsable de seguridad de la misma asociación, Rodolfo Serván, ya que "nunca antes se había dado tal cantidad y en tan poco espacio de tiempo".

La "preocupación absoluta, el miedo y la estupefacción", que son los sentimientos que viven estos días los joyeros, según Serván, ya tuvieron un adelanto en octubre, hasta el punto de que se mantuvo una reunión con las Fuerzas de Seguridad, presidida por el subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, para atajar el problema. Sin embargo, las medidas que se acordaron entonces no han logrado frenar los asaltos. Entre otras, se decidió intensificar la presencia policial en zonas con locales joyeros pero, "aunque no dudo que se haya hecho, se ha demostrado ineficaz", apuntó Serván.

Así, tanto Berral como el subdelegado del Gobierno insistieron ayer en aconsejar a los empresarios joyeros, como ya se acordó en aquella reunión, que modernicen los sistemas de alarma y cámaras de seguridad, algunos de los cuales están "obsoletos" y son fáciles de anular --podría ser el caso del último suceso-- y en invitarlos a que se trasladen al Parque Joyero, "donde hay más seguridad", recordó el presidente. "No goza de inviolabilidad absoluta pero sí de menor vulnerabilidad, y sería conveniente que el sector mire al Parque Joyero como medio de protección", invitó Ruiz.

Donde no hubo tanto acuerdo entre los joyeros y el subdelegado fue a la hora de analizar si existe conexión entre los asaltos registrados y quiénes pueden estar detrás de ellos. Berral señaló que "por la forma de actuar no parecen chorizos sino que debe haber una banda organizada". Serván reclamó "medidas drásticas" y "mayores medios de seguridad" ante unas acciones que consideró "especializadas". Pero Ruiz insistió en que "analizando caso por caso no hay elemento común denominador", por lo que, como ya hizo en la reunión de octubre, apostó por la autoría de diversas personas y no de una sola banda.

En cualquier caso, lo que nadie duda es que los múltiples robos "están dejando a muchas familias en la ruina y se están llevando por delante toda una vida de trabajo de muchos joyeros", remarcó Berral.