Aguilar pasó su segunda noche en vilo, sin haberse recuperado aún de la devastadora tormenta del lunes. El cielo se abrió de nuevo durante la madrugada del martes --cayeron 40 litros por metro cuadrado desde las 3 hasta las 7-- y el agua entró en las ya maltrechas casas de la barriada de El Tejar, la más afectada por la lluvia del lunes. Como consecuencia de la tormenta se venció el muro de una casa y afectó a la colindante parroquia del Cristo de la Salud. Además, los vecinos del número 103 de la avenida de Córdoba vieron cómo el suelo del patio se hundía dejando al descubierto el imponente cauce de un arroyo que discurre a escasos metros debajo de sus casas. Por suerte, los propietarios de la vivienda dañada, un matrimonio de ancianos, habían sido evacuados el día anterior después de que aparecieran unas sospechosas grietas en las escaleras del domicilio. En esta zona de Aguilar los ánimos estaban ayer muy caldeados. Los vecinos lamentaron la escasa ayuda recibida por parte del Ayuntamiento y criticaron las obras que se están ejecutando en la avenida para la colocación de un colector. "La riada habrá tenido culpa, pero sabía que esa obra nos traería dolor de cabeza", se quejaba ayer María Dolores Castro, cuya casa comparte muro con la del socavón.

Al margen de estas incidencias, ayer fue día de luto en Aguilar y Bujalance. Los tres fallecidos en la tormenta del lunes recibieron sepultura después de ser despedidos por sus vecinos en sepelios multitudinarios.

Por lo demás, bomberos del Consorcio, agentes de la Policía Local, Protección Civil y varias máquinas retroexcavadoras continuaron limpiando de lodo las calles y sacando agua de los sótanos aún anegados. La prioridad, sin embargo, fue limpiar alcantarillas y colectores. En Aguilar, como sugirió el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se formaron dos cuadrillas de desempleados. Treinta personas, contratadas por el Ayuntamiento, informaron de las indemnizaciones y ayudaron a sacar enseres de sus casas a los vecinos. El alcalde de Aguilar, Francisco Paniagua, calcula que unas 400 familias se han visto perjudicadas por la tormenta pero indicó que es pronto para calcular las pérdidas. Algunos políticos, como Francisco Zurera, delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía y vecino de Aguilar de la Frontera, pasaron todo el día en la zona afectada.

Mientras, en la localidad de Bujalance continuaron ayer sin agua potable, por lo que el abastecimiento se hizo con agua envasada y con dos camiones cisterna del Ayuntamiento. Algunos vecinos criticaron la ubicación de dichos camiones en la periferia del pueblo por la incomodidad en el acceso. También criticaron que el Consistorio de la localidad no avisara del corte de suministro con suficiente antelación. "En el pueblo no se habla de otra cosa. La gente no sabía que se quedaría sin agua tanto tiempo", explicó a Efe Pedro Pérez, un vecino de Bujalance. A última hora de la tarde, la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa) restableció el suministro.