Economía y empresas

La economía española acelera

Las estimaciones avanzadas sobre el crecimiento del primer trimestre coinciden en señalar que se reafirma el dinamismo sobre el que han mejorado las previsiones anuales aún con los riesgos latentes

La tendencia al alza de la economía española es cuantificable.

La tendencia al alza de la economía española es cuantificable. / FREEPICK

Francisco José Bocero

Francisco José Bocero

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, avanzó esta semana en Granada que el PIB español del primer trimestre podría haber crecido por encima del cuatro por ciento que el Servicio de Estudios de la institución anunció en sus previsiones de marzo pasado.

Hace un par de semanas, el FMI elevó también las suyas sobre la economía española situando el crecimiento para este año en el 1,9 por ciento y el 2,1 para el próximo.

Y a principios de mes, Funcas anunció también una revisión al alza de la actividad económica del país para 2024 con una mejora de tres décimas hasta el mismo 1,9 por ciento que luego asumiría el FMI.

En este caso, el dato de Funcas venía del panel de previsiones que conforman 20 entidades y organismos privados y públicos y 16 de ellos apostaban por una revisión al alza de sus expectativas sobre la economía española. Y no solo en sus avances para este año, sino también para el próximo.

Unas coincidencias que muestran que la fortaleza relativa de la economía española -relativa por sus desequilibrios-cotiza entre las de mejor comportamiento de la eurozona en un contexto de fuerte inestabilidad geoestratégica y un horizonte en el que la recuperación de las reglas fiscales obligará a apretarse el cinturón, como también destacó la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado.

Riesgos y evaluación

Sin embargo, detrás de estas buenas noticias sigue habiendo demasiados riesgos, desde los globales hasta los estructurales, el menor desempeño de los fondos europeos cuya contribución debería explicar buena parte del crecimiento hasta las reformas estructurales como la fiscal o el impulso de la productividad.

En este escenario macro, que hay que ver con el debido equilibrio, un optimismo moderado y una vigilancia prudente, se introduce la microeconomía, cuya percepción es bastante distinta por la vía de precios, salarios, presión monetaria -tipos de interés- y su resultado en renta disponible.

Responder a la dicotomía de estas dos realidades no es fácil a tenor de los análisis, pero hay puntos interesantes a considerar, como puede ser el pequeño tamaño que tienen en la actualidad la mayoría de las empresas españolas.

Mientras el 94 por ciento cuentan con una cifra que se mueve entre uno y 10 trabajadores y aportan el 24 por ciento del PIB, el seis por ciento restante, las grandes y medianas, aportan el 76 restante.

Lo cierto es que la economía española acelera en un momento de extrema inestabilidad, pero con riesgos y divergencias.

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