Entrevista | Lola Córdoba García Comisaria de la exposición La tribu educa

«A los docentes nos ha salido el arte que llevamos dentro»

El Teatro Cómico acoge la muestra de distintas obras artísticas de educadores jubilados de Córdoba

Lola Córdoba, en la exposición de La Tribu Educa.

Lola Córdoba, en la exposición de La Tribu Educa. / CÓRDOBA

Víctor R.H.

-Una nueva iniciativa del colectivo al que pertenece y que ponen a disposición de la ciudadanía ¿no?

-Pues sí. El Teatro Cómico Principal de Córdoba acoge, hasta el próximo 6 de junio, la exposición Segunda Bienal Artistas de La Tribu Educa, una obra de nuestra asociación cultural, la cual representa a un colectivo de más de 150 personas jubiladas docentes de todos los niveles educativos, desde Educación Infantil a la Universidad.

-¿Qué se puede encontrar en esta exposición de docentes?

-La muestra reúne obras de 12 docentes sí, pero sobre todo de artistas, mujeres y hombres, que tienen en las artes un espacio creativo como complemento a su actividad educativa. Para esta ocasión, han seleccionado cuadros construidos bajo diversas técnicas, así como otros objetos artesanales con cerámica, cuero y otros materiales.

-Como comisaria de la muestra, ¿qué es lo que más destacaría usted de la misma?

-Me cuesta quedarme con algo en concreto. Felicito a todos los participantes por la selección de obras que tenemos, por la calidad personal de cada una de ellas. No se trata de una exposición de artistas consagrados, sino que aquí estamos sacando sentimientos, de momentos singulares, algunos para sus hijos o nietos. A los docentes nos ha salido el arte que llevamos dentro a través de las obras que exponemos.

-¿Echa de menos su labor docente o está ahora más centrada en su labor artística?

-Lo artístico es una afición, no va más allá; mientras que una no deja de ser docente nunca, realmente. Durante mi trayectoria he estado en, relativamente, pocos colegios, para lo que solemos movernos los maestros de un lado para otro. Primero estuve 2 años en Cádiz, luego ya siempre en Córdoba, en el cortijo de Alcaide, que hoy se llama la Alameda del Obispo. Luego estuve profesionalmente, y me enriqueció muchísimo 22 años en Las Palmeras; y finalmente terminé muy cerca de donde vivo, en el CEIP Pablo García Baena de Córdoba.

-¿Y cómo llegó a conocer a La Tribu Educa?

-Fue a través de una compañera, que todavía está en La Tribu, que me acompañó a una visita a la Mezquita Catedral. Yo ya había oído hablar de este colectivo pero no sabía de la cantidad de actividades e iniciativas que lleva a cabo.

-¿Con qué se queda de todo ese amplio abanico de actividades?

-Es difícil, porque hay que valorar todo el ingente trabajo que se hace. Su trayectoria es muy grande y hay muchísimas personas dentro, más de las que podía imaginar. Y, como asociación cultural que es, pues tiene un poco de todo: salen noticias en la radio, tiene senderismo, hacen viajes, hacen recitales de literatura, etc... Y lo mejor de todo es que con todo te sientes bien, en lo personal y en lo cultural. Ahora bien, si tengo que elegir algo, yo me quedo con el club de lectura, que fue lo que más me atrajo y en lo primero en lo que participé como docente jubilada.

-¿Qué espera que se lleve a casa la persona que visite la bienal?

-Espero que se lleve una grata experiencia, que llegue a valorar la calidad y la dedicación que hay puesta en cada una de las obras, que son únicas y particulares. Y, también, que alcance a ver que cada persona tenemos ese arte en nuestro interior que en cualquier momento podemos sacar y es más que válido.

-¿Se podría aplicar ese enfoque a la educación actualmente?

-Sin duda, la enseñanza debe potenciar y ayudar a que aflore toda la sensibilidad y la creatividad que tiene el alumnado, que es mucha.