La España de Antonio Blanco buscará la triple corona continental ante Inglaterra

La generación del 2000 puede lograr el pleno de Europeos de fútbol: sub 17, sub 19 y sub 21

Antonio Blanco golpea el balón con la cabeza.

Antonio Blanco golpea el balón con la cabeza. / RFEF

EUROPA PRESS

La selección española sub 21 de fútbol buscará ante Inglaterra este sábado (18.00 horas) el título del Campeonato de Europa de la categoría, en una final donde la generación de los nacidos en el 2000 pueden lograr una triple corona tras haber conquistado previamente los Europeos sub 17 y sub 19. El centrocampista montalbeño Antonio Blanco buscará el triplete, previsiblemente como titular.

Una de las camadas más laureadas del fútbol español tiene una cita histórica en Batumi (Georgia). Arnau Tenas, Hugo Guillamón, el cordobés Antonio Blanco, Sergio Gómez, Víctor Gómez, Abel Ruiz, Juan Miranda y Ander Barrenetxea son los ocho jugadores del combinado español que pueden lograr este hito, al que se suma también el subcampeonato conseguido en el Mundial sub 17 disputado en la India.

El rival a batir será ahora Inglaterra, enemigo contra el que esta generación puede cerrar un círculo; no en vano, ante los 'Three Lions' se jugó el título en ese Mundial de juveniles por tierras indias. Entonces los Phil Foden, Jadon Sancho, Emile Smith Rowe y compañía se impusieron por 5-2; y seis años después, España quiere revancha.

La novena final de España sub 21

Será la novena final de Campeonato de Europa sub 21 para España, que junto a Alemania es el conjunto más laureado de dicha categoría, con cinco títulos. El balance hasta el momento se ha saldado con cinco victorias y tres derrotas, siendo el 2-1 precisamente contra Alemania en 2019 el último título alzado por la 'Rojita'.

Por su parte, Inglaterra disputará su cuarto partido por el título, habiendo ganado dos de ellas. Su única derrota llegó en su última final disputada, en 2009 y también ante Alemania (4-0), en la que es la mayor goleada de la historia del torneo en el partido definitivo por el título.

El conjunto dirigido por Santi Denia llega a esta instancia después de cuajar en semifinales su mejor encuentro. Ante Ucrania, combinó brillantez en el juego con contundencia en las áreas, consiguiendo la mayor goleada del Europeo (5-1). Abel Ruiz volvió a ser el líder de la 'Rojita', con una línea de centrocampistas especialmente inspirada en ataque, incluyendo tantos de Oihan Sancet, Aimar Oroz y Antonio Blanco.

La selección sub 21 celebra un gol.

La selección sub 21 celebra un gol. / RFEF

Una Inglaterra intratable

Inglaterra también venció a Israel con superioridad en la otra semifinal. Un resultado de 0-3 con el que los británicos mostraron la superioridad que están exhibiendo a lo largo de todo el campeonato, siendo el único equipo que cuenta por victorias todos y cada uno de sus partidos.

Una final que va a medir al mejor ataque del torneo, España, ante la mejor defensa, Inglaterra. La 'Rojita' ha perforado la meta rival en 13 ocasiones, contando con los máximos goleadores del torneo en Abel Ruiz y en Sergio Gómez, y además con siete goleadores diferentes.

En el lado opuesto se encuentra el combinado dirigido por Lee Carsley, que no sabe lo que es encajar un gol. Cinco porterías a cero que hacen de zaga inglesa un muro impenetrable. Además, en caso de ganar la final sin recibir, conseguiría un hito que no ocurre desde el año 1998 (realizado por España).

Antonio Blanco, presumible titular

No se espera ninguna sorpresa en el 'once' titular de Santi Denia, que volvería a apostar de inicio por los mismos jugadores que en cuartos de final y semifinales: Arnau Tenas, Víctor Gómez, Aitor Paredes, Jon Pacheco, Juan Miranda, Antonio Blanco, Álex Baena, Oihan Sancet, Rodri Sánchez, Sergio Gómez y Abel Ruiz.

Inglaterra también podrá con todos sus jugadores para la gran final. Igual que ocurre con la 'Rojita', Carsley cuenta con un once claro desde el inicio del campeonato. Smith Rowe, Palmer y Gibbs-White son los principales referentes ofensivos de un equipo de fútbol que cuenta, a pesar de no tener un delantero referente, con mucha pólvora.

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